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féministes/ estudos feministas Amauta y la escritura femenina de los años veinte· Sara Beatriz Guardia Resumen En la Revista Amauta fundada por José Carlos Mariátegui en 1926 estuvieron incorporados los problemas fundamentales del país, con una clara orientación política y de adhesión al socialismo. Apareció en un momento crucial de la historia del Perú, cuando surgía una nueva conciencia nacionalista, el impulso creador del cambio social y crecían los movimientos reivindicativos de los trabajadores. Amauta representó ese movimiento ideológico, político y cultural, donde por primera vez las mujeres poetas, escritoras, artistas y militantes políticas pudieron pronunciarse sin temor a la censura ni a la condena social. En l926 Mariátegui se encuentra en la etapa más importante de su vida. El mismo lo dice en un reportaje: "Hace algunos años yo habría escrito que no ambicionaba sino realizar mi personalidad. Ahora prefiero decir que no ambiciono sino cumplir mi destino. En verdad, es decir la misma cosa"[1]. Es con esta fe que funda la revista Amauta, coincidiendo con el surgimiento de una nueva conciencia nacionalista y el impulso creador del cambio social cuando “en el país había terminado una época signada por el predominio de una democracia señorial; crecían los movimientos reivindicativos de los trabajadores”(Tauro,1976:7) y ya se sentía como apunta el propio Mariátegui, “una corriente, cada día más vigorosa y definida de renovación, a cuyos fautores se les llamaba ‘vanguardistas’, ‘socialistas’, ‘revolucionarios”. Corriente que representó un momento constitutivo en nuestra historia. Después de alcanzar la independencia el Perú del siglo XIX no se organizó como un Estado-nación, en el sentido moderno del término, sino más bien como una unidad administrativa sin integración social ni política, en el contexto de una sociedad multiétnica y multicultural (Pakkavirta,1997:57). A comienzos del siglo XX la situación no había variado sustantivamente, aunque se avizoraban cambios significativos en un período signado por grandes acontecimientos internacionales Las secuelas de la Primera Guerra Mundial y el triunfo de la Revolución Rusa en 1917 configuraron la década del veinte, mientras en el Perú las intensas jornadas obreras por la jornada de las ocho horas, permitieron la organización sindical, y se perfilaron como cuestiones centrales el indigenismo como movimiento que intentó incorporar elementos de la tradición andina en el arte y la cultura, y el problema nacional como consecuencia de la influencia norteamericana. Amauta representó ese movimiento ideológico, político y cultural en el que estuvieron incorporados los problemas fundamentales del país, con una clara orientación política como lo expresa el editorial titulado “Aniversario y Balance”, de setiembre de 1928: “Amauta no es una diversión ni un juego de intelectuales puros: profesa una idea histórica, confiesa una fe activa y multitudinaria, obedece a un movimiento social contemporáneo. En la lucha entre dos sistemas, entre dos ideas, no se nos ocurre sentirnos espectadores ni inventar un tercer término. La originalidad a ultranza, es una preocupación literaria y anárquica. En nuestra bandera, inscribimos esa sola, sencilla y grande palabra: Socialismo”2. Con este espíritu, Mariátegui afirma que le ha nacido al Perú una revista histórica porque expresaba el surgimiento de una nueva conciencia nacionalista y el impulso de renovación que incluía las vanguardias artísticas y literarias como el surrealismo. Para Mariátegui la literatura peruana había tenido hasta entonces una orientación de permanente mirada hacia atrás, mirada melancólica, ufana, “con los frágiles recuerdos galantes del virreinato”(Mariátregui,1988:99). Rechazo a una tradición fosilizada, que tuvo “indirectamente una proyección política renovadora, y, podríamos decir, revolucionaria”(Ferrari,1998:323). Amauta abrió sus páginas a los poetas y artistas que representaron ese cambio, incluso de quienes se auto calificaban de manera distinta, como Martín Adán que se decía: “reaccionario, clerical y civilista”. A poetas hasta entonces desconocidos como José María Eguren, Xavier Abril, Emilio Adolfo Westphalen, Cesar Moro, Carlos Oquendo de Amat y Enrique Peña Barrenechea. También a Cesar Vallejo, aunque a diferencia de los anteriores, Vallejo ya había publicado su poemario titulado “Trilce” en 1922. Las mujeres de Amauta Al analizar la cuestión femenina, José Carlos Mariátegui enfatiza que aunque la democracia burguesa no impulso ni realizo el feminismo, creó involuntariamente las condiciones y las premisas morales y materiales de su realización. Valoró a la mujer "como elemento productor, como factor económico, al hacer de su trabajo un uso cada día más extenso y más intenso. El trabajo muda radicalmente la mentalidad y el espíritu femeninos. La mujer adquiere en virtud del trabajo, una nueva noción de sí misma", concluye. Califica en 1924, como uno de los acontecimientos sustantivos del siglo veinte, "la adquisición de la mujer de los derechos políticos del hombre" y señala que la mujer ha ingresado en la política, en el parlamento y en el gobierno. Sitúa a Margarita Bondfield representante de Inglaterra en las Conferencias Internacionales del Trabajo en Washington, como Ministra de Trabajo, y a Alejandra Kollantay, representante diplomática de la Unión Soviética en Noruega, como los ejemplos más preclaros del cambio que se empezaba a dar en el ámbito femenino (Mariátegui,1970:123), y sostiene que la misma historia de la Revolución Rusa está conectada a la historia de las conquistas del feminismo3. Refiriéndose al Perú, sostuvo que el feminismo no apareció como algo artificial ni arbitrario, sino como la consecuencia "de las nuevas formas del trabajo intelectual y manual de la mujer. Las mujeres de real filiación feminista son las mujeres que trabajan, las mujeres que estudian. Aparte de este feminismo espontáneo y orgánico, que recluta sus adherentes entre las diversas categorías del trabajo femenino, existe aquí, como en otras partes, un feminismo de diletantes un poco pedante y otro poco mundano"(Mariátegui ,1924). Se trataba de derechos políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres. Las precursoras en este campo pertenecieron a la generación de ilustradas de finales del siglo XIX, con la presencia de escritoras de la talla de Clorinda Matto de Turner y Mercedes Cabello, por ejemplo. Tres décadas después otro grupo de mujeres hace públicas sus opiniones políticas y puntos de vista sobre aspectos relevantes de la vida nacional, además de dar a conocer una intensa creación literaria. Me refiero a las mujeres que escribieron en la Revista Amauta como Magda Portal, Dora Mayer de Zulen, Maria Wiesse, Blanca Luz Brum, Angela Ramos, Carmen Saco, Julia Codesido, Blanca del Prado y Alicia del Prado (Guardia, 2002). Constituyeron un grupo de avanzada, que buscaba transformar la realidad de la mujer peruana con “diferentes inquietudes y concepciones, tanto respecto del proceso, como del objetivo de la transformación”(Castro,1998:395). En su discurso encontramos de manera recurrente opiniones sobre la relación entre los sexos, la maternidad y nuevos espacios públicos como la política y la literatura. La referencia a los problemas que enfrentaba el país desde una perspectiva crítica, y el anhelo por un arte y ética nuevos, así como el impacto del capitalismo y la incorporación al trabajo. Aparecieron dos revistas culturales conducidas por mujeres: “Guerrilla, Revista quincenal de arte y literatura de vanguardia”, dirigida por Blanca Luz Brum; y “Timonel. Revista de Arte supracosmolita”, bajo la dirección de Magda Portal. Los elementos constitutivos de este discurso están expresados en la contradicción entre la sociedad conservadora, machista y patriarcal de entonces, y las aspiraciones de estas mujeres por lograr un espacio propio en un nuevo orden sociopolítico, económico y cultural. Son mujeres que no piden permiso para ser escuchadas, proclaman su derecho a ser escuchadas. Cambian el suave vals por el charleston, se cortan los cabellos y se despojan de sus largos trajes. “En vano, - dice María Wiesse - han vociferado los moralistas contra la mutilación del cabello femenino y contra la falda, que descubre toda la pierna (...) En vano los poetas han llorado sobre “las trenzas de oro o de ébano”, que caían al suelo bajo la tijera cruel. (...) En este siglo de campeonas de tenis y natación, de chauffeuses, electoras, oficinistas, periodistas y abogadas, resultaban anacrónicos e incómodos el cabello y el traje largo”4. Aparece un nuevo vínculo entre hombres y mujeres que no conocieron otras generaciones: la camaradería Sentimiento, agrega Wiesse, que no es romántico ni lo adornan los matices de la amistad, que tan fácilmente se torna “amorosa”, pero que tiene la lozanía y la frescura de una planta silvestre. Sin embargo la vida cotidiana de la inmensa mayoría de mujeres transcurre dentro del ámbito doméstico, sometidas a los límites de una educación sentimental. “Pablo y Virginia”, la novela de moda entonces, produce intensas reacciones en estas rebeldes que sucumben con el “cuerpo sacudido por los sollozos y el rostro bañado en lágrimas”5. Ah que la vie est quotidienne!, exclama María Wiesse en “Pequeñas prosas”, al describir el ritual dominguero: “Llega el domingo plácido, sonriente, solemne y un poco pueril. Para los niños – hay que ir a misa, hay que pasearse por las calles de la ciudad donde se encuentra a las amistades de papa y mama – es el martirio de los trajes y de los zapatos nuevos, de la ropa limpia bien almidonada y bien planchada, del peinado aplastado a fuerza de agua y de escobilla. Y mil recomendaciones gruñonas: “no te ensucies, no te despeines, cuida tu calzado, anda derecho” (…) ¡Día ceremonioso y aburrido, qué importa que no haya colegio si hay que cuidar la ropa y ponerse zapatos que ajustan!” “(…) Yo encerrada en mi habitación, escucho –la Vitriola lo susurra suavemente – un “Nocturno”de Borodine impregnado de melancolía” 6. En este mismo artículo, bajo el subtítulo de Romanticismo, traza con particular ingenio las ilusiones pérdidas de una mujer que a pesar de los años sueña con encontrar “el alma gemela”: “Todos los días al atardecer, cuando el cielo deja caer rosas sobre la tierra y el mar es como una inmensa copa de vino, viene esa señora gorda a sentarse a la playa. La playa está silenciosa y solitaria; las parejas flirtean bajo los parasoles rayados se han ido a algún casino, a tomar té y a bailar, los chiquillos construyen castillos y fuertes de arena”. “La mujer trae a la playa libros, La Amistad amorosa, Baiser au clair de luna de Chantepleure, y las Rimas de Bécquer. En silencio suspira por “el alma gemela”, por “el amigo del alma”, porque su marido es buena persona pero tan prosaico. Mientras que a ella le gustan las telas vaporosas, los perfumes muy leves, y “se envuelve en echarpes claros y jamás se ríe estrepitosamente. Y -¡válgame Dios!- esta madre cuya hija conduce ya un “Sedan” y cuyo hijo ha entrado a la universidad, ha escrito a Ronald Collman pidiéndole su retrato” En otro artículo, María Wiesse escribe sobre San Francisco de Asís perfilando la imagen de la mujer devota, ausente y silenciosa; mientras que Dora Mayer de Zulen, describe con admiración la enardecida actitud de las mujeres en el conflicto creado en México entre la Iglesia y el Estado, cuando no sólo salieron a las calles, sino que durante una movilización que tuvo lugar en Guadalajara “atacaron a los soldados con cuchillos”. Esta actitud que podría ser explicada como una consecuencia del atraso y la ignorancia de la mentalidad femenina, agrega Wiesse, expresa una verdad mucho más dramática, puesto que todo aquello contra lo que se rebela el socialista: la iniquidad de las leyes, la servidumbre personal, el desprecio sufrido como categoría o clase, la explotación desvergonzada por el más fuerte, todo eso lo ha impuesto y lo impone todavía, ese mismo socialista, como hombre al sexo femenino”7. ¿Qué le queda a la mujer frente a estos agravios? Acudir a la Iglesia que mal que bien, ha restañado algunas de sus heridas, concluye. Tampoco guardaron discreto silencio como era de esperar frente al matrimonio y al divorcio. En un artículo titulado “El poeta de los ojos dorados”, Ángela Ramos, hizo pública confesión de su separación y posterior divorcio: “Yo era una mujer débil y cursi como todas las demás con una almita tenue y azulada en la que todavía quedaban rezagos del convento, la dulzura de los cánticos celestiales y la vaguedad en espiral del incienso. Y así como hay mujeres a las que solo las dominan los galones y el bigotito de un alférez, hay otras que caen con un soneto”. (…) Mujeres, (advierto que no es una proclama) Desconfiad mucho de los hombres que ponen su nombre, su corazón y su lira a vuestras plantas, porque llegará el día en que pondrán las plantas en vuestras caras, no para pegaros (con las manos basta) sino para pediros que les lustréis los chuzos(...) ¡Qué pronto se descubren los hombres! Las mujeres esconden las uñas durante más tiempo, siquiera hasta que se acostumbren a nosotras y les cueste trabajo abandonarnos (...) Dócil a la tiranía del baño, del almuerzo y de las camisas, terminé por reemplazar a la cocinera y a la lavandera en las grandes solemnidades (...) Yo debía tener la cara de resignación estúpida con que representan en algunos espantosos cromos a la Virgen de los Siete Dolores. Y mientras mayor era mi resignación, subía la marea de sus exigencias: de fregona de adorno pasé a ser fregona obligatoria. Ahora exigía medias limpias y menú variado todos los días y en cuanto a camisas era más tirano que Mussolini, porque éste se conforma con su camisa negra” 8. En su artículo "Matrimonio, Desposorio y Enlace", publicado en Labor, Dora Mayer de Zulen, escribe sobre la polémica suscitada por Ellen Key cuando definió amor libre como una estructura moral, y libertad de amar como una autorización para toda clase de licencias eróticas. Analiza los términos matrimonio, desposorio y enlace, y concluye que el matrimonio “parece indicar un acuerdo para convertir a la mujer en madre. Mirado el objeto desde el punto de vista femenino debería tal acuerdo llamarse patrimonio, como un convenio para convertir al hombre en padre” 9. Incluso habla de su relación amorosa con Pedro Zulen, señalando que no fue matrimonio, tampoco desposorio, ni casamiento -como ella hubiera querido- sino que se trata de un enlace, porque “enlazados son, sin que valgan negaciones o sofismas, todas las parejas amantes o no amantes, fieles o infieles, que han pasado la línea en que conservan el derecho a considerarse como seres independientes y separables sin desgarramiento de un lazo que se halla en una región donde manos humanas no alcanzan para desatar el nudo”. Una nueva patria Al definir el socialismo, Mariátegui enfatiza: “No queremos que el socialismo en América sea calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión digna de una nueva generación”10. También las mujeres participaron en la construcción de esa patria nueva. Magda Portal destacó en su calidad de poeta y de militante política. Cuando en 1927, trabajaba en la Editorial Minerva, el gobierno anunció la existencia de un “complot comunista” en el que estaba implicado Mariátegui y la misma Magda Portal. Esa noche la policía apresó a decenas de obreros e intelectuales, ingresaron a la casa de Mariátegui, lo apresaron, y arrestaron en el local de Minerva a Magda Portal y a su compañero Serafín Delmar. Clausuraron los talleres de la imprenta y prohibieron la publicación de la Revista Amauta por seis meses. Mariátegui fue internado en el Hospital Militar de San Bartolomé (Reedy,2000:6) Poco después, Magda Portal fue deportada a México donde participó en la fundación del APRA. Pese a la desavenencia surgida entre Mariátegui y Haya de la Torre, mantuvo correspondencia con Mariátegui quien la invitó a formar parte del Partido Socialista que él había fundado en 1928, y le comunicó que viajaría a Buenos Aires para seguir publicando Amauta11. Viaje que no se concretó porque Mariátegui murió en abril de 1930. Magda Portal continuó en el Partido Aprista hasta 1948, que renunció por desavenencias con Haya de la Torre cuando éste se opuso a que las mujeres ejercieran su derecho al voto en una elección partidaria aduciendo que todavía no se le había otorgado ese derecho en el Perú. Otra mujer que contribuyó de manera significativa a la difusión de las nuevas ideas desde una perspectiva política fue Dora Mayer. A través de la Asociación Pro Indígena que fundara con Pedro Zulen en 1912, levantó su voz para reclamar un trato justo y equitativo para los indígenas. En el balance que hiciera en su artículo, “Lo que ha significado la Pro-Indígena”, señala que en primer lugar llenó un vacío: “Dormida estaba, a los cien años de Emancipación Republicana del Perú, la conciencia de los gobernantes, la conciencia de los gamonales, la conciencia del clero, la conciencia del público ilustrado y semi-ilustrado”12 , respecto a sus obligaciones con la población indígena que no merece una filantrópica defensa, sino figurar como elemento central de la cuestión nacional. Coincidiendo con Mariátegui para quien “la resolución del problema del indio tiene que ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios"(Mariátegui,1970:104-106) El valor de la Asociación Pro Indígena, dice Mariátegui, “sirvió para aportar una serie de fundamentales testimonios al proceso del gamonalismo, determinando y precisando sus tremendas e impunes responsabilidades". Posteriormente, fue otra mujer de vanguardia, Miguelina Acosta Cárdenas, quien planteó en la Segunda Conferencia Panamericana de Mujeres, que la situación de explotación y miseria de los indígenas peruanos sea incorporada al debate. En su artículo “Escuelas rurales ambulantes para la educación de los niños indígenas”, enfatiza que para “procurar la rehabilitación del indígena transformándolo en ciudadano consciente y responsable”13, la tarea educativa es fundamental. El lenguaje es claro y directo, sin rodeos ni vacilaciones. En “La fórmula Kellogg”, Dora Mayer de Zulen, plantea como la más preciada esperanza la recuperación de Tacna y Arica: “Pero si la Nación quiere hacerlo, exijo y quiero que la Nación se pare firme en esa noble y altiva declaración de su íntimo y profundo sentimiento y abomino de que caiga, después de sus elevadas intransigencias y sus severas protestas, en una debilitante ambigüedad”14. En “América para la humanidad”15, señala que para los norteamericanos, los únicos americanos son ellos, aunque este pensamiento por supuesto no pueda ser pronunciado por sus diplomáticos, ni por aquellos heraldos del imperialismo yanqui que visitan con un objeto y otro nuestras ciudades y nuestros despoblados. Además, teniendo en cuenta que la ley de naturalización norteamericana prohíbe el otorgamiento de la ciudadanía a personas que no sean blancas ni libres: “En rigor de verdad todos los sud y centro americanos han sido de semejante modo declarados indignos de poseer la ciudadanía americana, por que los sud y centro americanos legítimos son hombres de color o de raza mezclada. ¿Qué hacer ante dicha contingencia? ¿Disimular cortésmente la conciencia de la soberbia que el “hermano” norteamericano lleva en su pecho o procurar blanquear más y más la raza colombina, a fin de poder ser admitidos al festín de banqueros de Wall Street?” También propone que se le busque un nuevo nombre a Estados Unidos porque la “gran república norte-americana tiene la curiosa peculiaridad de ser un país sin nombre. Sólo por tolerancia puede admitirse que “Estados Unidos” sea nombre propio de una nación, pues estados unidos los puede haber y hay en otros complejos políticos. Ni siquiera el término Norte América designa con corrección el Estado de las Fajas y Estrellas, pues el Canadá también está en Norte América; y podría algún día constituirse en república norte-americana. Yo propondría que en una conferencia internacional se acuerde adoptar el nombre de Yanquilandia o Washingtonia para bautizar al fin al niño moro”. Vuelve a referirse a los Estados Unidos en su artículo "El Júpiter de América", donde compara la influencia que ejerce Júpiter en el sistema planetario, al que ejerce los Estados Unidos en el continente Latinoamericano. “Desde los tiempos del presidente Monroe, el de la famosa doctrina, de los que van corridos cien años, Yanquilandia ha ido acumulando substancia y más substancia, en forma de tierras, de oro, de armas y de habilidades, hasta convertirse en un Júpiter perturbador de los movimientos de las diversas entidades políticas a su rededor” 16. La fortuna de Yanquilandia, agrega, significa fuerza de armas bélicas y fuerza de corrupción, además de fuerza levantadora de riquezas. Así que no hay que indignarse cuando nos gane la partida; “indignémonos con nosotros mismos por no haber sabido poner en jaque a tan respetable jugador”, concluye. Por ese motivo, cuando el Perú y Chile en pleno conflicto por el problema de Tacna y Arica, llegaron a un acuerdo bajo la intervención “paternal de Kellogg”, Mayer lamenta la falta de independencia y de sinceridad en la reconciliación: “Y he ahí lo ingrato que no falta en la intromisión paternal, pacificadora y racional de Yanquilandia en los pleitos y las cuitas de estos locos hermanitos de la América del Sur”. La educación como medio de transformar la sociedad peruana aparece también en la escritura femenina. Judith Arias y Cesar Acurio, plantean en el artículo, “La Escuela hogar”, la necesidad de “modificar el hogar indígena en un sentido racional, para de allí en acción simultanea emprender la obra educativa del individuo y la sociedad”17. María Wiesse, reclama para los niños el derecho a ser amados y soñar enfrentando los métodos para hacer estudiar a los niños, carentes de fuego vital, sin la “inteligencia del corazón”18. Mientras que Gabriela Mistral dice que la infancia merece cualquier privilegio, y que los niños deberían vivir ese estado natural de acaparamiento de las cosas excelentes y puras del mundo19. Otro aspecto que concito la atención de las mujeres fue la cuestión laboral y sindical, aunque fue en Labor donde se publicaron más artículos referidos al tema. En su artículo, “El movimiento obrero en 1919”20, Ricardo Martínez de la Torre da cuenta del mitin femenino del Comité Pro Abaratamiento, presidido por Evangelina Soto, y destaca el discurso de María Augusta Arana sobre la importancia de la incorporación de las mujeres a la lucha sindical. Labor, publica artículos firmados por Mary González, de quien no tenemos más referencias. En "La mujer y la lucha entre el Capital y el Trabajo", señala que “las legislaciones de los países latinoamericanos, no han otorgado aún al proletariado femenino todas las garantías y franquicias que las nuevas corrientes sociales consideran indispensables. Las horas de trabajo resultan excesivas, desde el momento que pasan de ocho. En cuanto a los casos especiales de la mujer-madre, si bien algunas de esas legislaciones sociales los contemplan con cierta amplitud, dan la impresión de snobismo, ya que no son cumplidos sus preceptos"21. Es por ello imprescindible, agrega, que el proletariado femenino se una con el masculino para formar un solo frente. Todos los trabajadores deben agruparse en sindicatos para así defenderse y ayudarse. Sobre todo las mujeres, puesto que el industrial moderno “ha encontrado en el proletariado femenino el más fácil instrumento de explotación. En la fábrica, en el taller y en la oficina, se tiende a sustituir al hombre por la mujer, con la convicción de que con un salario bajo puede adquirirse un rendimiento igual” 22. Además porque las empresas no respetan los acuerdos referidos a la maternidad. La preocupación por los desvalidos y los marginados tiene expresión en la campaña que lideró Ángela Ramos en contra de la Ley de Vagancia. En su artículo: “La represión de la vagancia"23 denuncia que durante sus visitas a los presos de las cárceles de Lima y del Frontón, encontró presos conocidos como “vagos”. Hechas las consultas se trataba de hombres apresados por la Ley de Vagancia, según la cual todo aquel que no tenía trabajo era un “vago”, y por lo tanto podía ser apresado y enviado a trabajar en obras públicas, construyendo carreteras, casas, realizando trabajos de limpieza pública, e incluso en las casas de los jefes de la policía, sin ninguna remuneración. Poesía, literatura y arte En la década del veinte las mujeres irrumpen con una producción literaria y artística propia, y toman parte en el debate suscitado por las diferentes concepciones del arte nuevo y la definición del artista vinculado con su tiempo. Magda Portal plantea que el arte es resultado lógico de las diversas tendencias sociológicas y filosóficas y no producto anárquico. Por lo tanto, el arte nuevo responde a esa gran época de la postguerra signada de importantes triunfos de la ciencia y el clamor de libertad que lanza el hombre. “Todo un desfile de cadáveres fue necesario para esto, también millones de fantasmas hambrientos”, agrega. “El arte se desvistió de las inútiles pompas de Darío –la belleza en sí, es estéril, el arte debe ser creador24. Cuando Miguel Angel Urquieta publicó el artículo: Izquierdismo y Seudoizquierdismo Artísticos” 25, la réplica de Magda Portal no se dejó esperar: “Para mí – dice - todo el sensualismo del arte rubeniano, con su evidente fecundidad, es estéril, como resultado humano, como aporte a la vida (...) Toda la razón que habría para resucitar el pasado, sería ésta: poder decapitarlo de un tajo –creo en las medidas radicales- y además el pasado está superado, se ha rebasado la posibilidad de la semilla: Toda la vida es un presente con los brazos abiertos del mañana”26. No en vano, Nicanor de la Fuente al referirse a ella a propósito de la publicación de su libro Hacia una estética económica, la califica como “nuestra beligerante compañera, acaso el más puro fermento revolucionario femenino de este instante en América”27. En todas las ediciones de Amauta se publican artículos, cuentos y comentarios de autoría femenina, y una relevante presencia de poetas como Magda Portal, Gabriela Mistral, Ada Negri, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou, Blanca Luz Brum, Graziella Barboza, Giselda Zani, María Monvel28 y María Elena Muñoz. “La poesía, un poco envejecida en el hombre, renace rejuvenecida en la mujer", dice Mariategui. No es un hecho aislado, se trata de un vasto fenómeno, común a todas las literaturas. Y, agrega, “en épocas anteriores sólo hubo poesía masculina, la de las mujeres también lo era porque se contentaba con ser una forma de variación de sus temas líricos o de sus motivos filosóficos. Y desde que la poesía de la mujer se ha emancipado y diferenciado espiritualmente de la del hombre, las poetisas tienen una alta categoría en el elenco de todas las literaturas”. La sensualidad, el amor, la ansiedad, el deseo, expresados sin temor ni vergüenza de ser mujeres, de sentirse artistas, "de sentirse superiores a la época, a la vulgaridad, al medio", y no dependientes "como las demás de su tiempo, de su sociedad y de su educación", dice Mariátegui. Al referirse a Magda Portal en los 7 Ensayos, señala que con “su advenimiento le ha nacido al Perú su primera poetisa. Porque hasta ahora habíamos tenido sólo mujeres de letras". La poesía de Magda Portal expresa de manera directa su verdad interior, su soledad, y su sensibilidad frente a la violencia del mundo externo. Es, “casi siempre, la poetisa de la ternura, exenta de egolatría y de narcisismo romántico (…) Pero ni piedad, ni ternura solamente, (...) En su poesía nos da, ante todo, una límpida versión de sí misma. No se escamotea, no se mistifica, no se idealiza. Su poesía es su verdad. Magda no trabaja para ofrecernos una imagen aliñada de su alma en ´toilette´ de gala”. En el primero número de Amauta se publica su poema Círculos violeta29. En mayo de 192730 cuatro poemas de su libro Una esperanza y el mar: Cartón morado, El mandato, Las miradas ausentes, y Ausencia: Embriaguez de dolor y amor tan cercana a la muerte hoy agonizan mis llamadas frente al espectro de tu sonrisa que ya es apenas un instante muerto ante tu realidad presente desconocida para mí. Yo ignoro todo hasta los aletazos de la Tragedia trazando sus círculos sobre mi cabeza Solo en esta hora de proyecciones infinitas que amo y estoy sola y que ha muerto la tierra. Así como, entre otros, “Dos poemas proletarios para los compañeros de Vitarte: Palabra de esperanza y El hijo, que se publican posteriormente31: Trajes burdos envolvían su cuerpo de mujer trabajadora deletreando su belleza inquietante a las miradas del amo. Como es triste un hogar pobre donde todo nos falta hasta la luz que penetra tímidamente por las ventanas sucias. Pero de tanto verlo ella no lo advertía. Los poemas de Blanca Luz Brum reflejan un mundo interior intenso, donde la justicia social aparece como un signo constante. El amor, la ausencia y el dolor acompañan los himnos a la revolución que estas mujeres cantan: La united Press anuncia los últimos fusilamientos las ciudades civilizadas hacen crujir las horas las cabezas de los decapitados tienen los ojos vueltos hacia Rusia. Sacco y Vanzetti trágica rosa de los vientos giran hacia los cuatro puntos cardinales de la Revolución los hermanos del bosque se esparcen por el mundo ¿no oís cantar las balalaikas?32 Varios son los poemas que se publican de Blanca Luz Brum33, como “Fuerza”, donde expresa una profunda congoja maternal34: alma estás triste como las tumbas hundidas por las lluvias con las cruces tumbadas contra el suelo y un deseo tremendo de perderte pero yo yo que he creído que he cortado el viento que he tenido la verdad y la fuerza como un filo en los dientes y te he parido a ti ¡oh hijo! te arrancaré llevándote en las palmas de mis manos en el medio mismo de mis ojos contra el sol contra la oscuridad contra el daño contra lo incierto contra la vida contra la muerte ¡alma por camino de Dios! Se publica “Olvido” de Alfonsina Storni, “Muñeco” de María Mónvel, “El pino” de Edgarda Cadenazzi, y el susurro íntimo de Juana de Ibarbourou en “Alegría de un día”35: Ahora es mía y la levanto en alto Antorcha clara en mi ciudad de veinticuatro cúpulas. Pasaré con ella como una flecha Bajos los arcos de la tarde y la ramazón leve de la luna. De la poetisa uruguaya María Elena Muñoz, “Esqueleto de la torre” y “Lamparero de la noche”36: Lamparero de noche ¿Por qué has dejado apagar tus fanales?... ¡La jauría de los vientos Ha pasado por tu puerta, Lamparero!- “Multiplicación” de Giselda Zani37: Mi oído escucha en un caracol de puertos y se emborracha de lejanías Mis ojos miran los astros estriados de rojo mi voz golpea en los martillos y los yunques alegres de una fábrica. También de la mexicana Graciela Garbalosa, un poema, cuya imagen de la mujer choca con el ideal femenino de entonces: ¡Siglo de abracadabra sociológica, soy tu sacerdotisa, y en el círculo mágico del pasado y el futuro lanzo mis alaridos, mis hondos alaridos de embrujada la escoba es mi caballo en la noche macabra cabalgaré sobre los aires tal que una bruja desdentada38. La corriente indigenista tuvo expresión femenina en la escuela de José Sabogal, donde destacó la pintora Julia Codesido, calificada por Mariátegui como la "mística de su arte" quien vive en un "señero encantamiento, entre sus colores y sus telas. Pinta por el placer de pintar, nada más que por placer de pintar. El gozo de la creación le basta"(Mariátegui,1959). Amauta, recoge los poemas y cuentos titulados “Caima” de Blanca del Prado, con ilustraciones de Camilo Blas y Julia Codesido39. “Huertos, flores asomadas en las tapias para mirar los caminos; su Norte: una Virgen con veinte faldas; su oración, una plaza con sol, con flores y con caminitos de sillar; su Vida, un cura asmático que canta tosiendo, con sobrinos, con jardín de claveles que aroman hasta la sacristía; su Porvenir y su canción: los trigos que eternizan el día en su juego con el viento a hacer mar, y las familias numerosas de los gallos que picotean el día en las puertas; su Temor: todo lo que no comprenden; por ejemplo, Dios; por ejemplo, los ccalas; por ejemplo, que no llueva” Así como el artículo de María Isabel Sánchez Concha de Pinilla, “La pascua del sol: Intip Raymi”, ilustrado por Elena Izcue, que canta a la fiesta del sol, aquella que festeja la recolección de las cosechas en el mes de junio40. Se publican cuatro cuentos de María Wiesse. En “El forastero”, tres hermanos, Carlos, Alfonso y Felipe, dueños de la hacienda “El Naranjal”, se enfrentan luego de que Felipe influenciado por ideas “peligrosas y extrañas contraídas en Europa”, pretende un trato más justo para los trabajadores y un aumento salarial, ante lo cual deciden prohibirle que trabaje con ellos: “Tú piensas y sientes distinto que nosotros. Has traído del extranjero ideas revolucionarias, ideas que nosotros no comprendemos, ni admitimos. Quisieras – para favorecer a peones y arrendatarios – reducir al mínimo nuestras ganancias. Te has revelado como un socialista peligroso y además eres un poeta sin sentido comercial. Y aquí – debes saberlo- estamos para hacernos ricos”41. También un cuento de la chilena Amanda Labarca Huberston, “Indefensa”42, en torno a una muchacha que vive en la ciudad de Concepción, huérfana de madre y en conflicto por la presencia de una madrastra. Desesperada y sola termina suicidándose. Dos columnas, una dedicada a la música y otra al cine, estuvieron a cargo de María Wiesse. “Revista de novedades ortofonicas”43 que apareció en el número 23 de Amauta, daba cuenta de las colecciones de música clásica que llegaban a Lima. Eran discos de Mozart, Grieg, Debussy, Schubert, y Beethoven, creador formidable, escribe Wiesse, que en sus composiciones pone todo el drama de su vida, todos sus anhelos de amor, nunca realizados, toda la nobleza y la generosidad de su alma y también su maravillosa alegría, su sentimiento de la naturaleza y aquella fe que lo hacía exclamar: ¡Oh Dios mío, mi único refugio!44. En la columna, “Notas sobre algunos films”, que apareció de manera regular a partir del número 19, se explaya en películas como “Ivan el Terrible”, “La dama misteriosa” protagonizada por Greta Garbo y “El jugador de ajedrez”. Califica las películas comerciales, de anodinas y vulgares, semejante a una buena fotografía y nada más, fabricada para amenizar la digestión de los buenos burgueses y provocar las lágrimas de las pollitas sensibleras”45. El proyecto socialista Resulta evidente que para las mujeres de Amauta el socialismo constituía algo más que una propuesta económica y política, en un momento que la primera Constitución Soviética de 1918, hab2ía proclamado la igualdad de todos los ciudadanos independientemente de su sexo, raza y nacionalidad, y estableció la igualdad de derechos de la mujer y el hombre por primera vez en la historia de la humanidad. En esa perspectiva, Amauta le dedica un amplio espacio al ensayo del escritor francés Luc Durtain, titulado, “La otra Europa”, orientado a analizar la nueva situación de la mujer soviética, electora y elegible desde los 18 años como el hombre. De hecho, dice, de un extremo al otro del sistema gubernamental –desde los Soviets municipales hasta el Comité Ejecutivo donde ocupa aproximadamente la cuarta parte de los asientos, hasta el Consejo de Comisarios del Pueblo- la ciudadana tiene realmente el lugar que en derecho le corresponde. (...) Por trabajo igual, salario igual. Los derechos y los prestigios son iguales. Nada distingue la posición de la mujer de la del hombre en las ruedas del Estado (...) En la Intelligentsia el rol de la mujer es considerable. Más de la tercera parte de los estudiantes en las Universidades. Más de la mitad de los médicos. En todas partes, trabajo femenino, trátese de laboratorio, de prensa o de arte46. Moscú, en los artículos de Carmen Saco, se revela como una ciudad distinta a la imagen que entonces se difundía colmada de mendigos y de personas tristes: “Las calles de Moscú están repletas de gente que corre por el empedrado obstruido por innumerables cochecitos para una sola persona y muy originales y elegantes de forma (...)Las calles de Moscú están llenas de ruido de voces, de carreras, de gritos de vendedores de fruta apostados en filas a los bordes de las aceras, En las canastas hay uvas largas como dedos, que se llaman “dedos de jovencita”, peras, pepas de sandía en costales, frutas de todos los climas y de todas las altitudes de la inmensa Rusia. Hay vendedores de chocolates riquísimos y baratos, y de cigarrillos con muestrarios como mosaicos47. En esta ciudad de cúpulas doradas e iconos, vive Maiacovski, Gorki, Sergei Esenin, y directores de cine como Eisenstein, Pouvodkino, Dovtchenko y Dziza-Vertoff. También se publicaron artículos vibrantes de emoción revolucionaria de Rosa Luxemburgo, Larissa Reissner, Nydia Lamarque y Tina Modotti. En tres números sucesivos (28, 29 y 30) aparece la biografía de Rosa Luxemburgo escrita por Nydia Lamarque48, quien retrata la férrea voluntad y la firme adhesión al socialismo de la militante comunista alemana asesinada el 14 de enero de 1919. De esta extraordinaria mujer, Amauta publicó un estremecedor relato titulado “Navidad en el asilo de noche”, donde Rosa Luxemburgo relata la muerte por envenenamiento de decenas de ancianos del Asilo Municipal: “Bruscamente aparece que la superficie brillante de la civilización cubre un abismo de miseria, de sufrimiento, de barbarie” (...) Cada día los sin albergue mueren de hambre y de frío. Nadie se ocupa de ellos, a no ser el parte cotidiano de la policía. La emoción provocada esta vez por este fenómeno se explica únicamente por su carácter de masa (...) Pero hay cadáveres que hablan más alto que las trompetas e iluminan aventajando a las antorchas. Después del combate de barricadas del 18 de marzo de 1848, los obreros de Berlín, levantando en sus brazos los cadáveres de sus hermanos caídos en el curso de la lucha, los condujeron delante del palacio real y obligaron al despotismo a saludar a sus víctimas. Ahora se trata de levantar los cadáveres de los “sans-logis” de Berlín envenenados (...) y de conducirlos en la nueva jornada de lucha que se abre ante nosotros, a los gritos mil veces repetidos; ¡Abajo el orden social infame que engendra tales horrores!”49 La comunista alemana, Larisa Reissner, publica “En los campos de la pobreza”50, un conmovedor relato de la situación de miseria de los obreros alemanes. Cierra este capítulo un artículo de Tina Modotti, titulado “La contrarrevolución mexicana”, publicado en marzo de 1930 y que probablemente Mariátegui leyó cuando ya estaba gravemente enfermo. La fotógrafa italiana ingresó al Partido Comunista Mexicano en 1921, y trabajó como reportera gráfica en “El Machete”, órgano de ese partido, hasta que fuera expulsada de México en 1930 acusada del asesinado de Julio Antonio Mella (Guardia,1996)64. En este artículo, Tina Modotti acusa a las autoridades mexicanas de haber perdido hasta el último vestigio de pudor en su sometimiento a Wall Street. Desde luego hay que reconocer – agrega - que las autoridades mexicanas gozan de un don de imaginación que haría la fortuna de un escritor de cuentos policíacos; me refiero a todos los complots, planes terroristas, etc., que han inventado para beneficio de los lectores de la prensa burguesa, los cuales por cinco o diez centavos, y junto con el café matutino engullen toda clase de disparates y aprenden a confundir a los comunistas con los terroristas y a los antimperialistas con los fabricantes de bombas destinadas a matar presidentes de la América Latina51. Libros y revistas Un aspecto que también nos revela la importante producción intelectual de las mujeres de Amauta es la sección “Libros y revistas” donde su presencia es notable. Allí, Carmen Saco, Angela Ramos, Magda Portal, Blanca Luz Brum y María Wiesse, publican reseñas, comentarios y críticas. También varios intelectuales se refieren a obras publicadas por escritoras peruanas y de otros países. Carmen Saco escribe sobre Ramón Gómez de la Serna (No 15), José de la Solana (No.11) y Bourdelle (No. (26); Angela Ramos presenta el libro de María Lacerda de Morúa, Religión de amor y de belleza (No. 3); Magda Portal, El renuevo y otros cuentos de Carlos Montenegro (No. 23); Blanca Luz Brum, Poetas Uruguayos (No.22); María Wiesse, Elementos de la poesía de Eguren y Literatura Peruana de Luis Alberto Sánchez (No. 21). Martín Adan, le dedica una reseña al libro de Graziella Garbalosa, Una mujer que sabe mirar (No.11); Armando Bazán, comenta Glosas Franciscanas de Maria Wiesse y Lejos de María Elena Muñoz (Nos. 2 y11). Ricardo Martínez de la Torre, habla con emoción del libro de Nydia Lamarque, Elegía del Gran Amor; J.C. Welker comenta los libros de Blanca Luz Brum, Impresiones y Levante (No. 4). Alberto Guillen, critica el libro de Angélica Palma, Tiempos de la patria vieja (No. 6). Y, Xavier Abril, escribe sobre el libro de Ernestina de Champourcin, Ahora (No. 18). La voluntad de Amauta orientada a ocupar un lugar en la historia y en la cultura peruana, no estuvo circunscrita al ámbito nacional. Su propósito de “crear un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo”, se inscribe en el contexto de la cultura universal. En esa perspectiva, no son pocos los comentarios que las escritoras publican respecto de autores extranjeros. Dora Mayer de Zulen, se refiere al libro de la escritora alemana, Leonore Niessen Deiters, Ricardo Wagner y Matilde Wesendonk; María Wiesse, comenta Las mujeres y el Estado Soberano de A. Maude Royden (No. 1), y Faits divers, de Henri Barbusse (No. 14). También dos ensayos de Andre Maurois publicados en 1928 en la revista “Nouvelle Revue Francaise”: “Voyage au pays des Articoles” y “Bernard Quesnay”. Así como el de Luc Durtain “L´Autre Europe”. Asimismo, en torno a los poetas Charles Vildrac y Guy Charles (No 16) y “La vie prodigieuse d´Honoré de Balzac” de Rene Benjamin (No. 22). Las más importantes revistas de la época aparecen comentadas en esta sección. Carmen Saco, reseña “Monde”, dirigida por Henri Barbuse, (No. 19). María Wiesse, “Europe” (No. 21), y “Bifur” (No. 27) donde escriben: Nathan Alman, Lilika Uacos; Jean Giono y Ramón Gómez de la Cerna. El movimiento político, social y cultural que significó Amauta, tuvo pues un componente femenino indiscutible. Estas mujeres que se enfrentaron a los convencionalismos de la sociedad limeña de entonces por lograr una espacio propio, adhirieron decididamente el proyecto mariateguiano con un discurso definido y estatura propia. Pero estas voces se apagan al morir Mariátegui, y los últimos escritos figuran en el homenaje póstumo que le tributan52. Allí, Maria Wiesse, señala que escribió cada página de su obra dictadas por una profunda convicción, y Carmen Saco dice que a su conjuro nacieron las nuevas flores de nuestra historia social, mientras Ángela Ramos resalta la alegría de Mariátegui: “Por sobre su miseria física, por sobre la miseria moral de los otros, que siempre le acechaba, su risa extendida como un sol. Risa que alumbró todos los caminos, que iluminó todas las inteligencias, que confortó todos los corazones”. En los números 31 y 32 de la Revista Amauta, ya no figuran artículos, ni poemas, ni comentarios escritos por mujeres.
Anexo: Los escritos femeninos de Amauta La Revista Amauta tuvo 32 números entre 1926 y 1930. Mariátegui dirigió hasta el número 29. Amauta No 1, setiembre de 1926 Dora Mayer de Zulen. "Lo que ha significado la Pro-Indígena". pp. 22-25. Alfonsina Storni. “Olvido” (poesía). Magda Portal. Círculos Violeta (De El Derecho de Mata") pp. 31-32. Sor Folie."¿Para qué?" p. 32. Crónica de Libros: Dora Mayer de Zulen comenta los siguientes libros: A. Maude Royden. Las mujeres y el Estado Soberano. Joseph Levis. ¿Cuál fue la verdadera religión de Lincoln? Leonore Niessen Deiters. Ricardo Wagner y Matilde Wesendonk. Amauta No 2, octubre de 1926 Blanca Luz Brum de Parra del Riego. “La noche”, “Lo que soñé” (poemas) p. 16. Magda Portal. “Guja”, “Vidrios de amor” (poemas) p. 20. María Wiesse. "San Francisco de Asis y nuestro siglo". p. 26. Ada Negri. “Alguien grita en la noche” (poema). Crónica de Libros. Maria Wiesse. Glosas Franciscanas. Lima: Imprenta Lux, 1926. Amauta No 3, noviembre de 1926 María Isabel Sanchez Concha de Pinilla. "La pascua del sol: Intip Raymi". Ilustración de Elena Izcue. p. 30.31 Dora Mayer de Zulen. "La idea del castigo". pp. 36-36. Crónica de Libros. María Lacerda de Morúa. "Religión de amor y de belleza". Sao Paulo, 1926. Comentario de Angela Ramos, p. 4. Amauta No 4, diciembre de 1926 Maria Wiesse. "Señales de nuestro tiempo". pp. 11-12p María Rosa González. "Croquis de atardecer". p. 16p Angela Ramos. "El poeta de los ojos dorados". p. 33. Crónica de Libros. Blanca Luz Brum de Parra. Levante. Lima: Editorial Minerva, 1926. Comentario de Armando Bazán, p. 4. Amauta No 5, enero de 1927 Dora Mayer de Zulen. "La fórmula Kellog". pp. 9-10p Magda Portal. "Andamios de vida". p. 12 María Wiesse. "El niño y el sentido de lo maravilloso". pp. 33-34 Blanca Luz Brum de Parra del Riego. "Mañana limeña" (poema), p. 34. Amauta No 6, febrero de l927 Dora Mayer de Zulen. "Frente al imperialismo yanqui". p. 2. Blanca Luz Brum de Parra del Riego. "Mañana" (poema), p. 26. Crónica de Libros. Angelica Palma. Tiempos de la patria vieja. Buenos Aires: Editorial Nuestra América. Comentario de Alberto Guillén, pp. 2-3. Amauta No 7, marzo de 1927 Blanca Luz Brum de Parra del Riego. "Regreso del trabajo". p. 32. Izquierdismo y Seudoizquierdismo Artísticos. Miguel Angel Urquieta, pp. 25-27. Replica de Magda Portal al artículo de Miguel Angel Urquieta: "Izquierdismo y seudoizquierdismo artísticos", p.28. Amauta No 8, abril de 1927 María Wiesse. "Escalas". p. 12, 33. Amauta No 9, mayo de 1927 Dora Mayer de Zulen "América para la Humanidad" p. 14-16. Blanca Luz Brum de Parra del Riego. Poema. p. 19. Carmen Saco. "La altura elemento estético: La Torre Eiffel". p. 24. Magda Portal. Poemas de “Una esperanza y el mar. p. 33. Amauta No 10, diciembre de 1927 Carmen Saco. "Moscú, la ciudad mística". pp. 34-35. María Wiesse. "Dos hombres". pp. 35-36. Blanca Luz Brum de Parra del Riego. Alabanza por los instantes puros” (poesía) p. 58. Graciela Garbalosa. Poesía. p. 58. Dora Mayer de Zulen. "El problema religioso en Hispanoamérica" pp. 59-62. Gabriela Mistral. “La Escuela Nueva en Nuestra América” (carta a Julio R. Barcos). Amauta No 11, enero de 1928 Blanca Luz Brum. Poesía. p. 19. Carmen Saco. "Moscú, la ciudad mística". pp. 32-33. Libros y Revistas. Los libros de la Revolución Mexicana. Lecturas populares de Esperanza Velásquez Bringas. Comentario de Magda Portal, p.41. Crónica de Libros. Graziella Garbalosa. Una mujer que sabe mirar. México, 1927. Comentario de Martín Adán. p. 41. María Elena Muñoz. Lejos. Comentario de Armando Bazán p. 42. Nydia Lamarque. "Elegía del Gran Amor", Buenos Aires. Amauta No 12, febrero de 1928. Carmen Saco. "José de la Solana". pp. 12-13. María Wiesse. "Los problemas del cinema". pp. 24-25. María Monvel. “Muñeco”. p. 25. Gabriela Mistral. "Derechos del niño". p. 32. Miguelina Acosta Cardenas. "Escuelas rurales ambulantes para la educación de los niños indígenas", pp. 39-39. Amauta No 13, marzo de 1928 Blanca Luz Brum. "Nicaragua”, p. 18. Carmen Saco. "La llegada a Moscú". pp. 27-28 Amauta No 14, abril de 1928 María Wiesse. "El forastero". pp. 17-21. Henri Barbusse “Faits divers”. París, 1928. Comentario de Maria Wiesse, p. 43. Amauta No 15, mayo- junio de 1928 Blanca Luz Brum. "Fuerza" (poema). p. 19. Edgarda Cadenazzi “El Pino” (poema). p. 23. Carmen Saco. "Ramón Gómez de la Serna". p. 27. María Wiesse. "Pequeñas prosas". p. 29. Amauta No 16, julio de 1928 Blanca Luz Brum. Poema p. 27. María Wiesse. "Infancia". p. 28. María Elena Muñoz Esqueleto de la torre” y “Lamparero de la noche” (poesía) pp. 30-31. Maria Wiesse comenta los siguientes libros y artículos: Luis Alberto Sánchez. Literatura peruana, 1928; Andre Maurois “Volage au pays des Articoles”. Nouvelle Revu Française, 1928; Andre Maurois “Bernard Quesnay”. Nouvelle Revue Française, 1928; Luc Durtain. “L´Autre Europe”. Nouvelle Revue Française, 1928 Amauta No 17, setiembre de 1928 Blanca Luz Brum. "Poema rojo”, p. 83. Amauta No. 18, octubre de 1928 Blanca Luz Brum. “Himno de las fuerzas”, p. 76. Crónica de Libros. Ernestina de Champourcin. "Ahora". Poemas, Madrid, 1928. Comentario de Xavier Abril. p. 99. Amauta No 19, noviembre de 1928 Luc Durtain “La otra Europa. Las costumbres: La mujer: prodigiosa transformación de las costumbres. Matrimonio, divorcio y unión libre. Amor y comunismo. María Wiesse. "Momentos cerca de Schubert". pp. 74-75. Blanca Luz Brum. “Impresiones” (poema). “Dos poetas: Charles Vildrac y Guy Charles Cros”. Comentario de María Wiesse. Rvista “Monde”, dirigida por Henri Barbuse. Comentario de Carmen Saco. Cinema. Notas sobre algunos films. Comentario de Maria Wiesse, p. 98. Amauta No 20, enero de 1929 Juana de Ibarbourou. Poesía. p. 37. Amanda Labarca Hubertson. "Indefensa". pp. 63-72. Cinema. Notas sobre algunos films. Comentario de Maria Wiesse, pp. 93-94. Amauta No 21, 1929 María Wiesse. "Elementos de la poesía de Eguren". pp. 41-42. Miguelina Acosta Cárdenas. "Los Educacionistas suizos piden la abolición de la milicia". pp. 99-100. Revista de cultura “Europa”. París, 1929. Comentario de Maria Wiesse. Amauta No 22, abril de 1929 Rosa Luxemburgo. "Navidad en el asilo de noche". pp. 8-13. Giselda Zani. “Multiplicación” (poema), p. 32. Blanca Luz Brum. “Poetas Uruguayos” Rene Benjamin. “La vie prodigieuse d´Honoré de Balzac” París, 1928. Comentario de María Wiesse. Amauta No 23, mayo de 1929 Blanca del Prado. “Caima”. Ilustrado con cuadros de Julia Codesido. María Judith Arias y César Acurio. "La Escuela hogar" pp. 22-34. María Wiesse. "El hombre que se parecía a Adolfo Menjou".pp. 40-47. Carlos Montenegro. El renuevo y otros cuentos. La Habana, 1929. Comentario de Magda Portal. Cinema: Notas sobre algunos films. Comentario de Maria Wiesse pp. 98-99. Amauta No 24, junio de 1929 María Judith Arias y César Acurio. "La Escuela Hogar". pp. 65-74. Juana García de la Cadena. “Pintores mexicanos”, pp. 76-78. Crónica de Libros. Magda Portal. Hacia una estética económica. Editorial del Apra, 1928. Comentario de Nicanor de la Fuente. pp. 102-103. María Wiesse Notas sobre algunos films: “La dama misteriosa”. María Wiesse Revista de Novedades Ortofónicas. Ravel, Bizet, Grieg. Amauta No 25, julio – agosto de 1929 Larisa Reissner. "En los campos de la pobreza". pp. 1-11. Magda Portal. Poesía. pp. 18-20. Blanca del Prado. Caima, p. 27. Blanca Luz Brum. Poesía. p. 36. Angela Ramos. "El viaje de Blanca Luz a México". pp. 92-93. N. Ogner. Journal de Kostia Riabtzev. París, 1928. Comentario de María Wiesse. “Bifur”. Revista cultural. París, 1929. Comentario de María Wiesse. Amauta No 26, setiembre – octubre de 1929 Blanca del Prado. “Caima”, p. 13. María Wiesse. "El veneno". pp. 13-16. Carmen Saco. "Balance Sumario de Bourdelle". pp. 54-56. María Wiesse. “Mercedes Padrosa, Pianista mediterránea” y “El violinista André Sas”, p. 98. Cinema. Notas sobre algunos films: "Metrópolis". Comentario de María Wiesse, pp. 99-100. Amauta No 27, noviembre – diciembre de 1929 Carmen Saco. "Sugestiones del Arte de Julia Codesido". pp. 17-20. Blanca del Prado. Poesía. p. 56. Larissa Reissner, . "Hombres y Máquinas". Comentario de Angela Ramos, pp. 83-86. Carmen Saco."Las exposiciones de Sabogal y Valdivia". p. 99. Xavier Abril “Catálogo de la exposición de Julia Codesido”. Ezequiel Martínez Estrada Titeres de pies ligeros. Buenos Aires, 1929. Comentario de María Wiesse. “Bifur”. Editions du Carrefour, París, 1929. Comentario de María Wiesse María Wiesse Discos: Chopin, y Los blues de Ted Lewis Amauta No 28, enero de 1930 Nydia Lamarque. "La vida heroica de Rosa Luxemburgo". pp. 9-15. Blanca del Prado. “Poemas Caima” con ilustraciones de Camilo Blas. pp. 18-19. Amauta No 29, febrero – marzo de 1930 Nydia Lamarque. "La vida heroica de Rosa Luxemburgo". pp. 76-85. Tina Modotti. "La contrarrevolución mexicana". pp. 94-95. Amauta No 30, abril – mayo de 1930. Mariátegui muere el 16 de abril de 1930 Carmen Saco. "José Carlos Mariátegui, constructor profeta". pp. 32-33. Angela Ramos. "La sonrisa de José Carlos". pp. 34-35. María Wiesse. "El mensaje de José Carlos Mariátegui". pp. 35-36. Nydia Lamarque. "La vida heroica de Rosa Luxemburgo" pp. 78-87. Referências bibliograficas BARTRA, Roger.1987. La jaula de la melancolía. Identidad y metamorfosis del mexicano. México: Editorial Grijalbo, CASTRO, Daniel. 1998“Luchando por la otra mitad del cielo: mujer y política en Amauta, en: Simposio Internacional Amauta y su Época. Lima: Editorial Minerva, . FERRARI, Américo. 1998.“La revista Amauta y las vanguardias poéticas peruanas”, en: Simposio Internacional Amauta y su Época. Lima: Editorial Minerva, FORGUES, Roland. 1994. Mariátegui: una verdad actual siempre renovada. 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No. 12, febrero de 1928. Amauta. No. 13, marzo de 1928 Amauta. No. 14, abril de 1928. Amauta. No. 15, mayo-junio de 1928. Amauta. No. 16, julio de 1928. Amauta. No. 17, setiembre de 1928. Amauta No. 18, octubre de 1928 Amauta. No. 19, noviembre de 1928. Amauta. No. 20, enero de 1929. Amauta No. 21. Amauta. No. 22, abril de 1929. Amauta. No. 23, mayo de 1929. Amauta. No. 24, junio de 1929. Amauta. No. 25, julio-agosto de 1929. Amauta. No. 26, setiembre – octubre de 1929 Amauta. No. 27, noviembre – diciembre de Amauta. No. 28, Lima, enero, 1930. Amauta. No. 29, febrero-marzo de 1930. Amauta. No. 30, abril-mayo de 1930. . Sara Beatriz Guardia Escritora peruana. Ha publicado artículos, entrevistas y ensayos sobre cultura y género en diarios y revistas del Perú y otros países. Actualmente desempeña el cargo de Investigadora del Instituto de Investigación de la Universidad de San Martín de Porres, y es Directora Fundadora del Centro de Estudios La Mujer en la Historia de América Latina, CEMHAL. Ha participado como ponente en simposios y seminarios realizados en Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, España, Francia, Malasia, México, Perú, Suecia. Es autora de: José Carlos Mariátegui. Una visión de género (2006); Mujeres Peruanas. El otro lado de la Historia. (1985, 1986, 1995, 2002) Voces y cantos de las mujeres (1999). Editora de: Mujeres que escriben en América Latina (2007); Escritura de la historia de las mujeres en América Latina. El retorno de las diosas (2005). Historia de las Mujeres en América Latina, conjuntamente Juan Andreo (2002). sarabeatriz@telefonica.net.pe · Ponencia presentada en el Segundo Simposio Internacional Amauta y su Época. En conmemoración del 80 Aniversario de la fundación de la histórica Revista. Instituto Porras Barrenechea, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 2006. [1] Mundial. Lima, 23 de julio de 1926. 2 Amauta. No. 17. Lima, setiembre de 1928, pp. 1-3. 3 El Primer Congreso Femenino Internacional tuvo lugar en Buenos Aires en 1910 y marcó un importante hito en el desarrollo de una conciencia feminista en el cono sur. (Lavrin 2006:47). 4 Amauta No. 4. Lima, diciembre de 1926, p. 11. 5 Amauta No. 16. Lima, julio de 1928, p. 28. 6 Amauta. No. 15. Lima, mayo-junio de 1928, p. 29. 7 Amauta No. 10. Lima, diciembre de 1927, p. 59. 8 Amauta No. 4. Lima, diciembre de 1926, p. 33. 9 Labor No. 7. Lima, 1929, p. 7. 10 Amauta. No. 17. Lima, setiembre de 1928. 11 “En 1929, estando en Colombia luego de la gira por las Antillas, recibí una carta de José Carlos Mariátegui donde me invitaba adherirme al Partido Socialista, que él acababa de fundar en Lima. Su carta era cordial y fraterna y me avisaba de su posible viaje a Buenos Aires en busca de una recuperación de su salud, cada vez más deteriorada”. Entrevista a Magda Portal de Sara Beatriz Guardia, en: Sara Beatriz Guardia. Mujeres Peruanas. El otro lado de la Historia. Lima: Imprenta Humbodlt, 1985, p. 83. Primera edición. 12 Amauta No. 1. Lima, setiembre de 1926, pp. 20 - 22. 13 Amauta. No. 12. Lima, febrero de 1928, p. 38. 14 Amauta. No. 6. Lima, febrero de 1927, p. 2. 15 Amauta. No. 9. Lima, mayo de 1927, pp. 14-15. 16 Labor. No 4. Lima, 29 diciembre 1928, p. 5. 17 Amauta. No. 23. Lima, mayo de 1929, p. 22. 18 Amauta. No. 5. Lima, enero de 1927, p. 33. 19 Amauta. No. 10. Lima, diciembre de 1927. 20 Amauta. No. 18. Lima, octubre de 1928, pp. 39-51. 21 Labor. No 8. Lima, 1 de mayo 1929, p. 7 22 En Labor No 5, 1929, se informa que la Fábrica de Tejidos La Victoria ha sido denunciada repetidas veces por infracciones, y que se ha llegado al extremo de amenazas dirigidas “a las mujeres madres: una amenaza de despido sin fundamento legal; pues la mujer no puede ser despedida en los tres meses anteriores o posteriores al alumbramiento, y esto en el peor de los casos con una indemnización de tres meses íntegros y otras primas”. 23 Labor. No 9. Lima, 18 de agosto de 1929, p. 3. 24 Amauta. No. 5. Lima, enero de 1927, p. 12. 25 Amauta. No. 7. Lima, marzo de 1927, pp. 25-27. 26 Amauta. No. 7. Lima, marzo de 1927, p. 28. 27 Amauta. No. 24, Lima, junio de 1929, p. 102. 28 María Monvel, seudónimo de Tilda Brito, quien en 1932 formuló un par de preguntas claves respecto del sufragio femenino: ¿Era privilegio o derecho? ¿De quién recibió el hombre el derecho a “conceder” el sufragio? (Lavrin 2006:377). 29 Amauta. No. 1. Lima, setiembre de 1928, pp. 31-32. 30 Amauta. No. 9. Lima, mayo de 1927, p. 33. 31 Amauta. No. 25. Lima, julio-agosto de 1929, pp. 18-23. 32 Amauta. No. 9, Lima, mayo de 1927, p. 19. 33 Nicaragua, (Amauta No. 13); Poema (Amauta No. 16); Poema rojo (Amauta No. 17). 34 Amauta. No. 15. Lima, mayo-junio de 1928, p. 19. 35 Amauta. No. 20. Lima, enero de 1929, p. 37. 36 Amauta. No. 16. Lima, julio de 1928, pp. 30-31. 37 Amauta. No. 22. Lima, abril de 1929, p. 32. 38 Amauta. No. 10. Lima, abril de 1927, p. 58. 39 Amauta. No. 23. Lima, mayo de 1929, pp. 17-20, 52. 40 Amauta. No. 3. Lima, noviembre de 1926, p. 30. 41 Amauta. No. 14. Lima, abril de 1928, p. 21. 42 Amauta. No. 20. Lima, enero 1929, pp. 63-72. 43 Anunció la llegada de los Nocturnos de Chopin y Andante del Cuarteto de Debussy (No. 23); “Ma mere L´Oye” de Ravel, L´Arlesienne de Bizet, Sonata en La Menor para Cello y piano de Grieg (No. 24) y Los blues de Ted Lewis (No. 27). Así como la visita a Lima de la pianista catalana, Mercedes Padrosa y del violinista belga André Sas (No. 26). 44 Amauta. No. 8. Lima, abril de 1927, p. 33. 45 Amauta. No. 12. Lima, febrero de 1928, p. 24. 46 Amauta. No. 19. Lima, noviembre de 1928, pp. 1-9. 47 Amauta. No. 11. Lima, enero de 1928, p. 32. 48 Amauta. No. 28. Lima, enero, 1930 pp. 9-15 49 Amauta. No. 22. Lima, abril de 1929, p. 10. 50 Amauta. No. 25. Lima, julio-agosto de 1929, pp. 1-11. 51 Amauta. No. 29. Lima, febrero-marzo de 1930, p. 94. 52 Amauta. No. 30. Lima, abril-mayo de 1930. labrys,
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