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julho/ 2017- junho 2018 /juillet 2017-juin 2018

Prevención de la violencia sexual: pornografía hegemónica, sexo y violencia

Mónica Alario Gavilán

(Personal Investigador en Formación en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid )

 

Resumen

El objetivo de este artículo es presentar algunos resultados de nuestra investigación sobre la reproducción de la violencia sexual ejercida por los varones sobre las mujeres en sociedades formalmente igualitarias. Enfocaremos el estudio de la reproducción de la violencia sexual desde el análisis de la construcción del deseo sexual masculino hegemónico. La violencia sexual responde a una construcción de dicho deseo que permite a los varones disfrutar manteniendo relaciones sexuales con mujeres que no desean mantener relaciones sexuales con ellos. Para estudiarlo, haremos un análisis de ciertos factores que colaboran en la construcción de este deseo sexual masculino, centrándonos en la pornografía hegemónica. De esta manera, el objetivo último de nuestra investigación es contribuir en la prevención de la violencia sexual.

Palabras-clave: violencia sexual, reproducción de la violencia sexual, masculinidad hegemónica, construcción del deseo sexual masculino, pornografía hegemónica

Sexual violence prevention: hegemonic pornography, sex and violence.


Abstract.

The objective of this article is to present some results of our research about the reproduction of male sexual violence against women in legally equal societies. We are going to examine the reproduction of sexual violence analyzing the construction of hegemonic masculine sexual desire. Sexual violence is due to a construction of that desire that allows men to feel pleasure having sexual relations with women who don’t want to have those sexual relations with them. For studying this, we are going to analyse some elements that collaborate in the construction of this masculine sexual desire, focusing on hegemonic pornography. In this way, the final objective of our research is to contribute to sexual violence prevention.

Key words: sexual violence, reproduction of sexual violence, hegemonic masculinity, construction of masculine sexual desire, hegemonic pornography.

 

1.    Punto de partida: el contexto social

En España, a día de hoy, mujeres y hombres somos iguales ante la ley: vivimos en una sociedad formalmente igualitaria. Sin embargo, a un nivel real, la desigualdad de género sigue existiendo. Como afirma Simón (2010: 91):

“Vivimos en una democracia parcial o en un mundo de pacto cínico, como prefiramos, que se caracteriza por un continuo contraste entre los discursos y las prácticas. No sólo es un contraste, sino una contradicción […]. Es una situación de buenos discursos y malas prácticas.”

Así, pese a vivir en una sociedad en que la igualdad parece ser un valor relevante a nivel discursivo, a nivel real, la desigualdad de género se sigue reproduciendo, y la violencia sexual es una manifestación de esta desigualdad. En la violencia sexual, encontramos varones que mantienen relaciones sexuales con mujeres que no desean mantener esas relaciones sexuales con ellos. Es decir, varones cuyo deseo de satisfacerse sexualmente utilizando el cuerpo de una mujer para ello está por encima de la falta de deseo, del rechazo y del dolor de las mujeres con quienes están manteniendo esas relaciones sexuales. Por tanto, esta realidad responde a una construcción concreta de la masculinidad: se mantiene en nuestra sociedad porque algunos varones la perpetúan. Dado que el fin último de nuestra investigación es contribuir en la prevención de la violencia sexual, vamos a centrarnos en analizar algunos aspectos que colaboran en la construcción de esa sexualidad masculina que puede llevar a los varones a ejercer violencia sexual.

La pregunta que pretendemos iluminar es la siguiente: ¿cómo es posible que tantos varones, en el marco de una sociedad formalmente igualitaria, puedan desear mantener relaciones sexuales con mujeres que no desean en absoluto mantener esas relaciones sexuales con ellos? ¿Cómo pueden encontrar placer a pesar del rechazo o del dolor de la mujer que tienen en frente?

El proceso por el que los varones llegan a poder y a querer mantener relaciones sexuales con alguien que no desea mantener esas relaciones sexuales con ellos es muy complejo. Finalmente, en la construcción del deseo sexual masculino hegemónico influyen muchos factores. En este artículo vamos a centrarnos en los mensajes que la pornografía hegemónica manda a los varones, no sin antes comprender qué función tiene la sexualidad en la masculinidad hegemónica.

 

2.    La función de la sexualidad en la masculinidad hegemónica

Cuando hablamos de masculinidad hegemónica en este artículo, estamos siguiendo la definición de Beasley (2008): nos estamos refiriendo a un mecanismo político que genera un modelo normativo de lo que es ser un hombre “de verdad”, precisamente el que reproduce el patriarcado, legitimando la desigualdad de poder entre hombres y mujeres. Así, conceptualizamos la masculinidad hegemónica como

“[…] una encarnación del poder en sí misma, que se representa en determinados comportamientos, actitudes, formas de relacionarse que contribuyen a sostener los privilegios masculinos” (Ranea, 2016: 3).

La masculinidad hegemónica, históricamente, ha ido unida a tres exigencias morales que han actuado en la subjetividad masculina como legitimación de los privilegios patriarcales: la exigencia de provisión, de protección y de potencia sexual (Gilmore, 1994). Cumpliendo ellos con estas exigencias, mostraban directamente su masculinidad, su superioridad y su poder (en tanto que eran necesarios para la supervivencia de las mujeres y de las familias), y, como contrapartida a cumplirlas, obtenían ciertos privilegios.

En la actualidad, gracias a muchos años de lucha feminista, las figuras del varón proveedor y del varón protector son cada vez menos necesarias. Así, en estos dos terrenos (la provisión y la protección), los varones cada vez encuentran más dificultad para afirmar su superioridad. Ahora bien: esto no ha ocurrido en la misma medida en el terreno de la sexualidad y en lo relativo a la potencia sexual.

“Si en el pasado los valores tradicionales del varón eran la paternidad responsable y el rol de protector y proveedor de la familia, hoy en día la virilidad se construye a través de una ‘compulsiva vida sexual’ de la que se presume delante del grupo de pares masculinos. (Gómez, Pérez y Verdugo, 2015: 26)

Así, la sexualidad se ha convertido en uno de los terrenos en que los varones todavía siguen teniendo la posibilidad de afirmar su masculinidad. Y, en tanto que en otros terrenos cada vez es más complejo, mostrarlo en la sexualidad se convierte en una exigencia. Esto va a hacer que su vivencia de la misma vaya unida a la confirmación de esta masculinidad hegemónica. (Marqués y Osborne, 1991).

Por tanto, para los varones, la sexualidad va a tener dos funciones: por un lado, va a ser el terreno en que satisfacen sus deseos sexuales; por otro lado, va a ser el terreno donde confirmen su masculinidad hegemónica, su poder sobre las mujeres.

“El deseo masculino ha erotizado la devaluación de lo femenino. Esta devaluación es necesaria psicológicamente no sólo para cumplir con el deseo, sino también para construir su subjetividad, su identidad, su masculinidad, y se retroalimenta en ella” (Gimeno, 2012: 234).

Erotizar la devaluación de lo femenino permite aunar ambas funciones: la de obtener placer sexual y la de confirmar su superioridad. Esto abre el camino hacia la violencia sexual.

La violencia sexual parte de una connotación erótica del poder de los varones y de la devaluación de las mujeres. Satisfacer un deseo sexual usando el cuerpo de una mujer que no lo desea es imponerse sobre ella, afirmar que ese deseo sexual es más relevante que el límite ajeno, despojar a esa mujer de su autonomía; por tanto, afirmarse como superior. Vamos a ver cómo la pornografía hegemónica enseña a erotizar la devaluación de lo femenino, realizando esa unión y colaborando en la construcción del deseo sexual masculino hegemónico que reproduce la violencia sexual.

3.    La pornografía hegemónica

En este artículo, dado que en último término pretendemos colaborar con la prevención de la violencia sexual, vamos a hablar de la pornografía hegemónica tratando de analizar cómo colabora con la construcción del deseo sexual masculino hegemónico en que el sexo y la violencia contra las mujeres son compatibles. Así, nos centraremos en estudiar algunos de los mensajes que dicha pornografía está transmitiendo a los varones.

 

3.1. La pornografía hegemónica: reflejo y reproducción de los deseos

Si bien es un dato difícil de calcular, algunos estudios muestran que la industria pornográfica mueve 8.000 millones de euros al año (Pozzi, 2006). Para mantener este negocio, la industria debe ofrecer a los consumidores aquello que los consumidores deseen ver.

Así, esta pornografía, por un lado, refleja los deseos existentes; pero, por otro lado, también está construyendo deseos. Como afirma De Miguel (2015: 142), el efecto socializador de la pornografía hegemónica ha crecido enormemente debido a que Internet se ha convertido en algo casi omnipresente y la pornografía se difunde, principalmente, a través de este medio. El acceso a la pornografía desde Internet carece de restricciones de edad (en algunas páginas web aparece un aviso en que se informa al usuario de que no puede acceder si es menor de edad, pero simplemente con clicar en un recuadro afirmando tener 18 años o más, ya se puede acceder a cualquier vídeo de la página). Además, una enorme cantidad de pornografía es gratuita.

No solo encontramos pornografía en Internet cuando la buscamos: la pornografía puede aparecer en ventanas emergentes al clicar en enlaces o páginas que no tienen ninguna relación con la pornografía.

Según diversos estudios, la edad de inicio en el consumo de pornografía está disminuyendo. Un estudio de Online MBA llevado a cabo en 2010 afirma que la edad media de acceso a la pornografía es de 11 años (Mendiola, 2010). Bermejo (2016) afirma que tres de cada cuatro españoles consume porno de forma regular y que uno de cada tres niños entre 10 y 14 años visita este tipo de páginas regularmente. Como vemos, la pornografía es vista por personas que, habitualmente, todavía no han tenido experiencias sexuales en pareja.

Es también muy relevante para nuestro análisis la carencia de una buena educación sexual, a nivel general, en nuestro país. La falta de otro tipo de información y de educación sexual va a hacer que quienes consuman pornografía a esas edades no tengan la capacidad de analizar de una manera crítica lo que están viendo. La pornografía será la información más concreta y detallada que tengan de “cómo es el sexo” antes de probarlo, y construirá en cierta medida sus expectativas y deseos.

A esta falta de una buena educación sexual debemos sumarle el hecho de que vivimos en un patriarcado en que la cosificación y la sexualización de las mujeres están completamente normalizadas. Esto facilita que se normalicen y sexualicen prácticas violentas contra las mujeres o desagradables para ellas.

¿Cuál es el resultado de todo esto? Pues que, como afirma De Miguel (2015: 143), la sexualidad, actualmente, en nuestro país, está muy condicionada por el modelo de la pornografía hegemónica. Y esto es un problema porque, como se irá desarrollando, la pornografía hegemónica normaliza y erotiza la violencia sexual contra las mujeres.

“Esta normalización de la violencia sexual masculina podría ocasionar graves consecuencias para las personas más jóvenes, quienes visionan las secuencias pornográficas sin el filtro crítico necesario” (Sambade, 2017: 178).

La pornografía hegemónica forma parte del proceso de reproducción de la violencia sexual en nuestra sociedad; sociedad en la que, pese a haber una igualdad formal, este tipo de pornografía no solo sigue existiendo, sino que, como vemos, está muy presente.

    

3.2.    Pornhub: una página web de pornografía hegemónica

En este artículo vamos a centrarnos en la pornografía hegemónica, la más consumida, la que genera el deseo sexual masculino hegemónico que estamos analizando. Varios rankings de las páginas web más visitadas en nuestro país (el de Alexa y el de Webempresa) muestran que Xvideos y Pornhub son dos de las páginas de pornografía más utilizadas. En ambos rankings, ambas páginas web están entre los puestos 16 y 28. Los vídeos que analizaremos más adelante son de este tipo de páginas.

Pornhub, aparte de ser una de las páginas web (no solo de pornografía, sino en general) más visitadas en nuestro país, es una de las páginas pornográficas más grandes. La organización de Pornhub es bastante intuitiva. Los vídeos están clasificados en categorías. También hay un buscador donde se pueden buscar vídeos por palabras. Ofrece una página para varones homosexuales (sabemos que es para varones homosexuales porque aparece la palabra “gay” al lado de “Pornhub” y en todos los vídeos aparecen varios varones) y otra para varones heterosexuales (podemos comprobar que es para heterosexuales por oposición a la que es para homosexuales; y que es para varones porque dentro de todas las categorías de la página hay una específica de pornografía para mujeres; por lo que las demás son para varones). En este artículo vamos a centrarnos en la pornografía hegemónica dirigida a varones heterosexuales, dado que lo que pretendemos estudiar es cómo dicha pornografía reproduce el deseo sexual masculino hegemónico y, con ello, colabora con la reproducción de la violencia sexual hacia las mujeres.

La organización de Pornhub es bastante intuitiva. Los vídeos están clasificados en categorías. También hay un buscador donde se pueden buscar vídeos por palabras.

Las categorías de la página Pornhub para varones heterosexuales hacen referencia o bien a qué tipo de prácticas podemos ver en los vídeos o bien a cómo son los cuerpos de las mujeres que aparecen. Entre las categorías del primer tipo encontramos Sexo anal, Bukkake (práctica en la que muchos varones eyaculan sobre la misma mujer, ya sea en su boca, en su cara, en otras partes de su cuerpo o en un recipiente para que luego la mujer se beba el esperma o juegue con él con su boca), Doble penetración (práctica en que dos hombres penetran a una mujer, ya sea ambos vaginalmente, ambos analmente, o uno vaginal y otro analmente), Fisting (o fist-fucking, práctica consistente en la introducción de la mano, el puño o parte del brazo por la vagina o el ano habitualmente, en esta página, de una mujer), Orinadas (hace referencia a prácticas en que se utiliza orina de diversas formas), Sexo duro… En las categorías del segundo tipo encontramos Adolescente, Jovencitas/Viejos (vídeos en que aparecen chicas adolescentes con hombres adultos o ancianos), Maduras, Madre a la que me follaría (del inglés MILF, acrónimo de mom I’d like to fuck), Alemanas, Asiáticas, Brasileñas, Coreanas, Francesas, Indias, Japonesas, Negras, Rusas, Castañas, Pelirrojas, Rubias, Gordas, Tetas pequeñas, Tetonas, Lesbianas, Niñeras, Zorras, Famosas… Como vemos, un amplio catálogo en que se las cosifica y se sexualizan algunos de sus rasgos.

Además, en Pornhub podemos ver cuáles son los vídeos más vistos y cuántas visitas tienen, y cuáles son los vídeos mejor valorados por los usuarios y qué porcentaje de los votos son positivos. Podemos conocer ambos datos seleccionando una franja temporal y espacial. Por ejemplo: podemos saber cuáles son los vídeos más vistos en España en el último año, cuáles son los vídeos mejor valorados por los usuarios en todo el mundo en la última semana, etc.

 

3.3.   ¿De dónde parte la pornografía hegemónica?

En primer lugar, la pornografía hegemónica parte de la cosificación y la sexualización de las mujeres. Esto, unido con el rechazo de la empatía que los varones aprenden a ejercer desde su socialización, hace que en la pornografía hegemónica se elimine de manera absoluta la empatía hacia las mujeres y su reconocimiento como personas con emociones, deseos y autonomía. Las mujeres quedan reducidas a objetos sexuales.

Esto es muy relevante en nuestro análisis de la violencia sexual. Para llegar a ejercer violencia sexual, el varón que lo haga debe aprender a no empatizar con la mujer que tiene en frente, a distanciare emocionalmente de ella y a no reconocer su autonomía. “La conversión de las mujeres en objetos sexuales es un proceso de deshumanización en cuyo extremo final está la violencia sexual masculina” (Szil, 2006: 10).

En segundo lugar, en esta pornografía, el varón es el sujeto que tiene un deseo sexual y un deseo de confirmar su masculinidad, y va a convertir a la mujer en el objeto que le permita satisfacer ambos deseos. Así, las mujeres no van a ser personas con las que vincularse desde el respeto y la reciprocidad, sino medios para el fin de que los varones afirmen su masculinidad y obtengan placer.

Las prácticas que observemos en la pornografía hegemónica van a estar guiadas por el deseo masculino, independientemente de cuál sea este. El hecho de que su deseo sea el único relevante y vaya a verse satisfecho utilizando para ello el cuerpo de una mujer, ya permite al varón afirmarse como superior a esa mujer. Así, si al varón le produce placer dominar a una mujer, ella tendrá el papel de sumisa; si le produce placer ser dominado por una mujer, ella tendrá el papel dominante; si le produce placer producirle placer, lo hará; si le produce placer producirle dolor, lo hará. El único sujeto relevante es él y el único deseo relevante es el suyo, independientemente de lo que desee.

Esto también es importante para nuestro análisis: para llegar a ejercer violencia sexual, el varón tiene que sentir que el único deseo relevante es el suyo y que el único sujeto a tener en cuenta es él mismo.

 

3.4.    ¿Qué mensajes transmite la pornografía a los varones y cómo colaboran con la reproducción de la violencia sexual?

A continuación, vamos a analizar algunos de los mensajes que la pornografía hegemónica transmite a los varones; mensajes que están colaborando con la construcción del deseo sexual masculino hegemónico y con la reproducción de la violencia sexual. Para ilustrarlos, describiremos algunos vídeos.

 

3.4.1.   “Aunque parezca que les duele físicamente, en el fondo eso a ellas les encanta”

Algo que observamos constantemente en la pornografía es la presentación del dolor físico de las mujeres como algo erótico. Es muy habitual que encontremos prácticas que parece que están produciendo dolor físico a las mujeres (porque lo expresan con sus cuerpos de una manera que podríamos interpretar como involuntaria), pero ellas se encarguen de explicitar (con palabras, con sonidos o con sus caras) que ese dolor les está encantando.

Una práctica muy habitual (también en la pornografía amateur) que es un claro ejemplo de esto es el face fucking (follarse la cara de alguien), throat fucking (follarse la garganta de alguien) o gagging (del inglés gag, tener arcadas). Esta práctica es parecida a una felación solamente que en lugar de ser la mujer quien mueve la cabeza, es él quien agarra su cabeza (ya sea directamente, tirándola del pelo o apretándola del cuello) y hace los movimientos con la pelvis, controlando el ritmo, la profundidad, la fuerza y la brusquedad. En esta práctica habitualmente ellos hacen movimientos cada vez más rápidos y todo lo profundos que es posible y ellas se atragantan, tosen, tienen arcadas (con los ruidos que las acompañan y los ojos llorosos) y podemos llegar a ver (esto es menos habitual) cómo vomitan. Después de cualquiera de estas expresiones, podemos observar cómo ellas sonríen a la cámara. Ellos siguen excitados y las prácticas sexuales continúan con normalidad.

En el vídeo Nicole Rossi recibe una de las folladas de garganta más extremas, una pareja realiza esta práctica: durante más de 9 minutos él únicamente saca su pene de la garganta de ella el tiempo suficiente para cambiar de posición. Ella hace ruidos de estarse atragantando, teniendo arcadas y tosiendo durante los 9 minutos que dura el vídeo. Finalmente él eyacula en su cara y en su boca y ella mira a la cámara sonriente. Este vídeo tenía 3.626.150 visitas el día 09/02/2018. Aunque todo apunta a que esa práctica está siendo desagradable para ella (se está atragantando durante 9 minutos), sonríe a la cámara encantada. ¿Qué se está transmitiendo aquí? En palabras de Rich :

“El mensaje más pernicioso que difunde la pornografía es que las mujeres son la presa sexual natural de los hombres y les encanta, que son congruentes la sexualidad y la violencia y que, para las mujeres, el sexo es esencialmente masoquista.” (Rich (1980: 27)

Así, estos vídeos tienen dos consecuencias importantes. La primera es que a los varones se les transmite el mensaje de que el dolor físico es algo que a las mujeres les produce muchísimo placer. Esta afirmación carece de matices de ningún tipo. A no ser que se pretenda representar una violación y se pretenda que el espectador lo capte o que sea un vídeo de una violación real (casos de los que nos ocuparemos más adelante), no vamos a encontrar ninguna práctica en que ellos les produzcan un dolor y ellas muestren que no lo desean. La segunda es que los varones están aprendiendo a connotar eróticamente el dolor físico de las mujeres y podrán excitarse con él. Pese a que en estos vídeos ellas expresan que les encanta, la connotación erótica del dolor de las mujeres en estos casos va facilitar que los varones lo connoten eróticamente en casos en que ellas muestren que no les agrada.

 

3.4.2.   “Aunque parezca que no quieren, en el fondo lo están deseando”

Este es un mensaje altamente relevante en la reproducción de la violencia sexual. Hace que los varones presupongan el consentimiento de las mujeres, aunque dicho consentimiento no exista.

En la pornografía hegemónica, la falta de consentimiento y la falta de deseo de las mujeres aparecen como algo completamente normalizado. Como mostramos en un artículo anterior (Alario, 2017), los vídeos más vistos y mejor valorados de Pornhub, así como de YouPorn y RedTube[1] muestran situaciones en que se está dando violencia sexual. Esta está tan normalizada que, quien los observa, puede no captar que en las situaciones que se plantean no hay consentimiento y tampoco hay deseo (al menos, en un primer momento).

El vídeo Adolescente se despierta con el pene de su hermanastro en la boca, se lo folla mientras sus padres duermen, en que ella está dormida cuando él introduce su pene en su boca, pero posteriormente participa de manera entusiasta en las relaciones sexuales, tenía 25.368.664 visitas a día 12/02/2018. Cuando él introduce su pene en la boca de ella, ella está dormida, por lo que no hay consentimiento.

En uno de los vídeos más vistos, Jugando con mi hermanastra y amigas, un chico graba con su móvil por una puerta entreabierta a la que debe ser su hermanastra y a sus amigas, que están en ropa interior dentro de una habitación. Ellas le cierran la puerta y le gritan que se vaya. Él vuelve a abrir para seguir grabando, y ellas le vuelven a decir que pare. Esta situación se repite cuatro veces. Después, vemos al chico colocando la cámara en un salón vacío, de manera que graba la habitación. Posteriormente, aparecen las chicas tumbadas boca abajo en el suelo mirando hacia donde está la cámara, comiendo palomitas y viendo una película (la pantalla de la televisión debe estar donde está la cámara), sin saber que están siendo grabadas. Por detrás aparece él, sin camiseta y con los pantalones bajados, masturbándose. Ellas no se dan cuenta de que él está ahí. Después él se inclina sobre una de ellas y comienza a realizarle un beso negro (estimulación del ano con la boca) sin que ella supiera que lo iba a hacer. Más adelante, hay un cambio de escena y vemos que mantiene relaciones sexuales con las tres y ellas participan mostrando placer. Este vídeo, que presenta una situación de violencia sexual, en que él, desde el primer momento, no está respetando su “no” explícito, en que les graba sin su consentimiento, en que comienza a masturbarse detrás de ellas sin que lo sepan, en que realiza un contacto sexual que no era esperado por ellas, tenía a día 12/02/2018 65.658.326 visitas.

En el vídeo Taxi falso estudiante inocente hace sexo anal en el asiento de atrás, vemos a una chica, estudiante de intercambio, que coge un taxi para ir a la universidad. Al llegar, ella intenta pagar con su tarjeta de estudiante (porque cree que se paga así). Cuando él le explica que se paga con dinero, ella le dice que no tiene. Él le propone que le haga una felación para pagarle y ella dice que no. Él le dice que, si no, le va a dejar tirada “en mitad de la nada”. Ella accede y parece disfrutar haciéndolo. Después, él le dice que quiere “follársela”, a lo que ella responde que no. Entonces él le explica que lo ha grabado todo y que si no accede subirá el vídeo a Internet y lo verán su padre y su madre. Finalmente practican un coito vaginal y anal en que ella parece disfrutar y él le lleva a la Universidad. Este vídeo tenía 5.691.901 el 14/02/2018. En este vídeo encontramos que ella realiza las prácticas bajo presión, coacción y chantaje; pero parece disfrutar de ellas.

Otros títulos de vídeos en que vemos situaciones similares son Hermanastro se aprovecha de su hermana pequeña (39.198.523 visitas a día 12/02/2018) y Padrastro se coge a la hija y a sus amigas (41.454.277 visitas a día 12/02/2018).

¿Qué mensaje transmiten estos vídeos? Que, aunque ellas no estén siendo conscientes, parezca que no quieren mantener relaciones sexuales o expliciten que no quieren hacerlo, si tú aun así lo intentas repetidamente, presionas o, directamente, lo haces cuando ellas no lo esperaban, puede que lo consigas y a ellas les va a encantar. En el fondo, ellas “lo están deseando” aunque digan que no, lo que puedes comprobar en estos vídeos dado que ellas acaban mostrando placer. Este es un mensaje enormemente difundido por la pornografía hegemónica.

Así, si bien es cierto que se presentan situaciones en que se está dando violencia sexual, esto aparece encubierto para el consumidor, porque se le repite incansablemente que a ellas esa situación les está encantando. La violencia sexual se muestra como si no lo fuera, quedando completamente normalizada.

Un consumidor de pornografía, que recibe este mensaje tan repetidamente, ¿hasta qué punto podrá distinguir lo que es violencia sexual de lo que no lo es, si su modelo de referencia le presenta situaciones en que no hay consentimiento no solo como no problemáticas, sino como situaciones excitantes para comenzar una relación sexual?

 

3.4.3.   “Que no estén siendo conscientes de lo que ocurre es sexualmente excitante”

En muchos vídeos, encontramos que las mujeres que aparecen están dormidas, drogadas, borrachas o inconscientes, lo cual aparece en el título de manera explícita. En algunos casos, es claro que están realizados por actores y actrices; en otros no es así. De cualquier manera, el mensaje que se transmite al varón que se masturba con ello es que abusar de una mujer que, o bien no está consciente, o bien no está en condiciones de dar su consentimiento, es algo sexualmente excitante. Títulos como Anal cuando estaba borracha tenían 15.429.746 visitas a día 12/02/2018, o Hermano se folla a hermana dormida tienen 11.192.018 visitas a día 12/02/2018. Este último, 12 horas después, había sido visto por 80.431 personas.

 

3.4.4.   “Que ellas no quieran, pero tú puedas obligarles, es sexualmente excitante”

En un apartado anterior hemos visto cómo la pornografía erotiza situaciones de violencia sexual en que las mujeres, finalmente, parecen disfrutar. En este apartado presentaremos vídeos que erotizan situaciones de violencia sexual en que ellas muestran claramente que esa violencia sexual les está produciendo sufrimiento.

En el vídeo Madre e hija pilladas y folladas por robar (con 5.429.077 visitas a día 12/02/2018), el sexo se va a utilizar como castigo contra ellas. Un guardia de seguridad de una tienda ve a una chica adolescente robando y la lleva al almacén. Le dice que haber robado puede destrozarle la vida y que pueden buscar alguna manera de que no llame a la policía mientras comienza a tocarle los muslos y el pecho. Después, llama a la madre de ella, que se muestra muy enfadada. La regañina, la vergüenza de la chica (que había robado un corsé) y el enfado de la madre se prolongan durante 7 minutos. Él les propone mantener relaciones con ambas a cambio de no llamar a la policía. Ellas acceden a realizarle una felación. Después las chantajea para que se desnuden, las inclina sobre una mesa y comienza a penetrarlas a ambas. El guardia expresa que “eso es exactamente lo que ella necesita” (refiriéndose a la hija). Durante los más de seis minutos restantes, la hija no deja de sollozar y hay primeros planos de su cara: está llorando y muestra angustia y vergüenza.

En el vídeo Obligada a satisfacer a sus secuestradores, dos hombres raptan a una mujer que va andando por un descampado. La introducen por la fuerza en una furgoneta mientras en el vídeo aparecen las palabras Road rape (Violación en la carretera). La llevan a lo que parece una granja, le atan las manos mientras ella intenta soltarse, le rajan la ropa con una navaja hasta desnudarla mientras ella se retuerce y la violan durante casi 48 minutos. 48 minutos en los que ella no para de gritar, llorar e intentar liberarse. El vídeo tenía 8.059.655 visitas a día 14/02/2018 y un 100% de votos positivos.

En otro vídeo titulado Violada en medio de la carretera (el título original está en tailandés), una mujer tirada en el suelo grita, llora y se retuerce durante casi cinco minutos mientras la penetran. Hay primeros planos de su cara: está empapada, llorando, y muestra una angustia desgarradora, con la boca abierta en una mueca de dolor. Al final, cinco hombres orinan sobre ella mientras sigue tirada en el suelo gritando y llorando. Este vídeo es particularmente difícil de ver porque está grabado con una cámara de baja calidad, como si fuera de un teléfono móvil, y no parece en absoluto que esté realizado por personas que están actuando. Tenía 1.904.347 visitas el día 12/02/2018 y un 100% de votos positivos.

Hemos encontrado más vídeos de este estilo, en que vemos cómo ellas gritan de manera desgarradora, lloran angustiadas, se retuercen, tratan de liberarse; y cómo ellos responden pegándolas, tapándoles la boca, agarrándolas del cuello, tirándoles del pelo, metiéndoles el pene en la boca, inmovilizándolas, atándolas, escupiéndolas u orinando sobre ellas.

Cuando un varón se masturba con cualquiera de estos tres vídeos, se está excitando no solo con una situación en que se muestra violencia sexual, como en casos ya presentados, en que dicha violencia aparecía maquillada por el placer de ellas; aquí se está excitando directamente con el dolor, los sollozos, la angustia y el sufrimiento de esas mujeres. La violencia no aparece disimulada: ellas muestran su dolor, que se percibe a nivel visual y auditivo.

Que los varones se exciten con vídeos en que se muestra el sufrimiento que la violencia sexual está provocando en esas mujeres, es algo necesario para que posteriormente puedan ejercerla. No solo les parecerá excitante la idea de confirmar su masculinidad y su poder, sino que habrán aprendido que también es excitante si eso produce dolor y sufrimiento a la mujer que tengan en frente.

 

3.5.    ¿Qué consecuencias tienen todos estos mensajes?

La pornografía hegemónica, finalmente, permite al varón aprender a satisfacer sus deseos sexuales utilizando el cuerpo de una mujer, independientemente de lo que esta esté sintiendo. Independientemente de que muestre placer, de que no sea consciente, de que no esté en condiciones de dar su consentimiento, de que al principio parezca que no quiere, de que lo parezca todo el tiempo, de que esté sintiendo dolor y exprese que le encanta o de que muestre angustia, el varón podrá satisfacerse.

Así, la pornografía hegemónica enseña a connotar eróticamente el dolor, la falta de deseo y de consentimiento, la angustia y el sufrimiento de las mujeres. Enseña a erotizar la devaluación de lo femenino, uniendo sexo y violencia. Núñez (2016) señala que una página web de pornografía declara: “¿qué es mejor que una tía que quiera comernos la polla? Una que no quiera comérnosla y tenga que hacerlo”.

Como afirman Favaro y De Miguel (2016), los valores y las narrativas de la pornografía están entrando en lo cotidiano, reconfigurando las sensibilidades, subjetividades y prácticas sexuales de la mayoría. Así, en primer lugar, la pornografía hegemónica, al partir de un esquema de desigualdad y ser tomada como modelo de “buen sexo” (Farvid y Braun, 2014), alimenta problemas sociales como la normalización de la desigualdad en las relaciones sexuales en parejas heterosexuales. En segundo lugar, al estar en ella tan normalizada la violencia sexual, dificulta que quienes la consumen puedan distinguir de una manera clara qué es y qué no es violencia sexual. En tercer lugar, erotiza la violencia sexual y el sufrimiento y el dolor de las mujeres, colaborando con la construcción de un deseo sexual masculino que puede satisfacerse a pesar del dolor y la falta de consentimiento de estas, y con la reproducción de una de las mayores lacras de nuestra sociedad. La pornografía, finalmente, enseña a los varones a unir las dos funciones que tiene la sexualidad en la masculinidad hegemónica, connotando eróticamente la violencia sexual.

4 Conclusiones

Hay muchos factores que colaboran con la reproducción de la violencia sexual en nuestra sociedad. En este artículo se han analizado algunos de ellos.

Se ha señalado cómo la construcción de la masculinidad hegemónica hace que los varones unan el terreno de la sexualidad a la afirmación de su masculinidad y de su superioridad sobre las mujeres. También, cómo la pornografía hegemónica enseña a los varones a realizar dicha unión, erotizando la violencia sexual.

La pornografía hegemónica parte de la cosificación y de la sexualización de las mujeres y de la centralidad del deseo sexual masculino, convirtiendo al varón en el único sujeto relevante (el sujeto que desea), y relegando a la mujer al papel de objeto sexual. Algunos de los mensajes que transmite a los varones la pornografía hegemónica son que a todas las mujeres les produce mucho placer el dolor físico en las relaciones sexuales; que las mujeres, aunque parezca que no quieren o digan explícitamente que no quieren mantener relaciones sexuales, en el fondo siempre lo están deseando; que insistir, chantajear e incluso obligarlas y forzarlas, son maneras excitantes de comenzar una relación sexual; que mantener relaciones sexuales cuando ellas no están siendo conscientes es también excitante.

Actualmente

“[…]la pornografía tiene ya mucho más de violencia que de sexo. Es más: si una escena sexual no contiene cierta dosis de violencia (verbal, física, actitudinal…), difícilmente será considerada pornográfica” (Núñez, 2016).

Lo relevante de la pornografía hegemónica es que independientemente de cómo reaccionen las mujeres ante esa violencia, va a enseñar al varón que tiene derecho a satisfacer su deseo sexual utilizándolas. Todas estas posibles reacciones de las mujeres se presentarán como eróticas para el varón, que podrá excitarse con cualquiera de ellas.

La pornografía hegemónica connota eróticamente la falta de deseo y de consentimiento de las mujeres, su falta de conocimiento de lo que está ocurriendo, su dolor físico, su sufrimiento y su angustia. Así, finalmente, presenta la violencia sexual, afirmación directa del poder de los varones sobre las mujeres, como algo sexualmente excitante, colaborando con su reproducción.

La pornografía hegemónica no solo muestra lo que los consumidores desean ver: también está reproduciendo un deseo sexual masculino que cosifica a las mujeres y erotiza la violencia sexual. Esta pornografía es consumida por niñas y niños, personas que no han tenido todavía relaciones sexuales y que carecen de una buena educación sexual, por lo que se convertirá en un modelo de referencia y construirá, en cierta medida, sus expectativas y sus deseos.

Consideramos que, como sociedad, debemos enfrentarnos urgentemente a la siguiente pregunta: ¿podemos pretender acabar con la violencia sexual si seguimos permitiendo que vídeos como los analizados en este artículo, en los que se presenta la violencia sexual como algo excitante y cuyos mensajes colaboran con la reproducción de la violencia sexual, estén disponibles al alcance de cualquier persona?

 

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Recursos electrónicos

Adolescente se despierta con el pene de su hermanastro en la boca, se lo folla mientras sus padres duermen. https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph55e1ffadf40a0

Anal cuando estaba borracha. https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=bc81430d3c35ebbc5280  

Hermanastro se aprovecha de su hermana pequeña. https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=1550066665

Hermano se folla a hermana dormida.

https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5a273a3158e17

Jugando con mi hermanastra y amigas.

https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph55ddb463aab3d

Madre e hija pilladas y folladas por robar.

https://www.youporn.com/watch/13129275/shoplyfter-mom-and-daughter-caught-and-fucked-for-stealing/

Nicole Rossi recibe una de las folladas de garganta más extremas. https://pt.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph57b04ca68d436

Obligada a satisfacer a sus secuestradores.

https://www.xvideos.com/video2624302/forced_to_please_her_kidnappers

Padrastro se coge a la hija y a sus amigas.

https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=999592147

Pornhub categorías.

https://es.pornhub.com/categoriesPornhub%20gay.%20https://es.pornhub.com/gayporn

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Taxi falso estudiante inocente hace sexo anal en el asiento de atrás.

https://www.youporn.com/watch/9320353/faketaxi-innocent-student-does-backseat-anal/

Violada en medio de la carretera. http://www.xvideos.com/video19204965/_

 

Nota biográfica:

Mónica Alario Gavilán. Licenciada en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Estudios Interdisciplinares de Género en la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente disfruta de un Contrato FPU (Formación del Profesorado Universitario) del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, es Personal Investigador en Formación en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y está realizando el Doctorado en Estudios Interdisciplinares de Género en dicha universidad.


 

[1] En el mencionado artículo se analizaron los vídeos más vistos y mejor valorados de estas tres páginas en España desde que comenzaron a funcionar (Pornhub y Redtube en 2007, Youporn en 2006). Las tres pertenecen a Mindgeek.

 

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