Labrys
estudos feministas/ études féministes
agosto/dezembro 2005 -août/ décembre 2005

Consideraciones sobre mujeres y estudios de género en Salta

María Julia Palacios - Violeta Carrique

 

 Resumen

El artículo pretende mostrar, en una apretada síntesis, de qué modo la acción llevada a cabo a partir de 1989 por la Comisión de la Mujer y equipos de investigación de la Universidad Nacional de Salta, ha incentivado los estudios de género en la provincia y ha contribuido a que el tema de la discriminación sexista sea abordado con un enfoque teórico más sólido por otras instituciones oficiales y  por organizaciones no gubernamentales. Al mismo tiempo, se señala las limitaciones de la tarea emprendida por la Universidad, debido fundamentalmente a las dificultades que ofrece una sociedad conservadora y patriarcal como la salteña. El androcentrismo presente en discursos y prácticas sociales y políticas, obra, además, como un fuerte impedimento para asumir compromisos más firmes con la reivindicación de derechos de las mujeres, aun en el ámbito académico.

 

El llamado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) sobrevino a escaso tiempo de fundada la Universidad Nacional de Salta (1973), institución que había permitido iniciar una importante movilización cultural en la provincia. Durante los años de la dictadura, los estudios superiores, fundamentalmente los de carreras sociales y humanísticas, se restringieron notablemente provocando una paralización de la investigación en muchos terrenos. Como provincia sin salida al mar, muy alejada de los centros políticos y culturales, Salta sufrió de manera muy intensa el aislamiento intelectual al que fue sometido el país en esa época. Al haber sido las ciencias sociales las más castigadas, es fácil comprender que mientras los estudios de mujeres y de género se propagaban de manera sorprendente en el mundo desarrollado en esa década, no tuvieran cabida en el país, menos aún en Salta.

Reinstalada la democracia en 1983, la provincia y la universidad reanudaron actividades con la efervescencia que caracterizó ese tiempo y un hecho político de gran significación permitió impulsar investigaciones en esa temática, prácticamente desde cero. La adhesión en 1985 a la Convención Internacional para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación hacia las Mujeres originó una catarata de actividades reivindicativas de derechos de las mujeres a lo largo y a lo ancho del país y tuvo como correlato, en el campo académico, la producción de un sinfín de investigaciones sobre temas de mujeres y de género. Hasta entonces el tratamiento del tema se había reducido a escasísimos trabajos de algunas intelectuales de los centros urbanos más desarrollados que, por distintas razones, habían podido establecer contacto con la producción científica de países en los que esa temática se trabajaba desde hacía más de una década. Acceso vedado, por las razones dichas, a la mayoría de los/as intelectuales argentinos/as.

La decisión tomada por el Congreso Nacional tuvo gran resonancia en la sociedad argentina. Salta también acusó el impacto de esa medida, pero fue otro acontecimiento el que marcó definitivamente el inicio de estudios de género en la provincia, más precisamente en la Universidad Nacional. En el Congreso Internacional Extraordinario de Filosofía, realizado en Córdoba en 1987, un grupo de filósofas liderado por Clara Kuschnir, invitó a constituir una Asociación de Mujeres en Filosofía (Femenías, Labrys, 7, 2005) con el objetivo de impulsar los estudios de género en el específico campo de la filosofía. La invitación concitó nuestro interés y fue determinante para que en la Universidad Nacional de Salta se concretaran en 1989 dos iniciativas importantes que constituyen una verdadera bisagra en nuestras actividades académicas, no sólo en el ámbito estrictamente disciplinar (de investigación y de docencia) sino también en el terreno de las prácticas sociales y políticas, dentro y fuera de la universidad: 

1-        la propuesta al Consejo de Investigación de la Universidad de un proyecto de investigación con el pretencioso título (producto por cierto de nuestra incipiente incursión en el tema) de Incidencia de las valoraciones femeninas en los fundamentos éticos de la conducta social. El caso particular de Salta (Proyecto presentado en 1987 y aprobado en 1988).

2-         la creación de la Comisión de la Mujer de la Universidad Nacional, aprobada por Res. 218/98 del Consejo Superior (Bajo el Decanato de J. Palacios en marzo de 1989). 

Previo a la propuesta de creación de la Comisión de la Mujer y a raíz de encontrarnos trabajando en el proyecto de investigación mencionado, fuimos invitadas por la Dirección Nacional de Estudios, Proyectos e Investigación de la entonces Subsecretaría de la Mujer –dependiente de Presidencia de la Nación-, a formar parte de un plan de promoción de los estudios sobre la mujer en las universidades nacionales. La invitación fue específicamente dirigida al equipo de investigación, pero con la intención, como es de suponer, que no quedara restringido a él, sino que fuera la universidad como institución la que se incorporara a ese plan.

Para que ello fuera posible, era menester contar con un organismo que tuviera la responsabilidad del diseño y puesta en marcha de actividades de investigación y sensibilización de la problemática de mujeres y de género, hasta ese momento inexistente en nuestra universidad. Con tal motivo, elevamos al Consejo Superior la propuesta de creación de una comisión encargada de promover la investigación, crear ámbitos de discusión sobre la problemática de la mujer y de género, y efectuar un estudio de la situación de las mujeres en la U.N.Sa. En esa propuesta decíamos que era deber de la Universidad, en primer lugar, contribuir al desarrollo de investigaciones sobre cuestiones de género (en su doble sentido de “estructurador de la realidad social” y de categoría analítica) para mejor explicar la situación de las mujeres en la sociedad, discutiendo la naturalización de las construcciones culturales y ofreciendo nuevas claves de sentido y nuevos enfoques teóricos. En segundo lugar, la Universidad, como institución del Estado, también debía incentivar el debate y realizar acciones concretas que contribuyeran a un efectivo cumplimiento de la Convención de las Naciones Unidas. Para dar cumplimiento a esos objetivos, la Comisión debía, en un primer momento:

1. acordar con la Dirección Nacional de Estudios, Proyectos e Investigación de la Subsecretaría de la Mujer, la realización de talleres, seminarios, charlas, conferencias,

2. establecer contacto con otras instituciones, organizaciones e investigadores/as, que permitieran acceder a las investigaciones que se estuvieran llevando a cabo en otros lugares del país,

3. realizar un estudio de la situación de las mujeres en la Universidad que tomara en cuenta las relaciones intergenéricas en ese ámbito

Lamentablemente, por razones políticas la Subsecretaría de la Mujer pasó prontamente a ser un Consejo Nacional, y la Dirección de Estudios, Proyectos e Investigación desapareció, con lo cual la Comisión debió recurrir a otras instituciones e investigadoras para realizar las actividades previstas.   

Desde ese momento, la Comisión de la Mujer, conjuntamente con los equipos de los proyectos de investigación del Consejo de Investigaciones de la Universidd Nacional de Salta (CIUNSa), ha llevado a cabo de manera ininterrumpida, cursos, seminarios, talleres,[1] conferencias, charlas y mesas redondas, a cargo de sus integrantes y de docentes-investigadoras de otras instituciones, del país y del extranjero,[2] dirigidas a universitarios/as, profesionales, estudiantes, dirigentes políticas y sociales,[3] organizaciones barriales y público diverso; ha organizado congresos específicos[4] y mesas de género en todos los congresos y jornadas realizadas en la Universidad[5] (queremos resaltar que la primera mesa sobre género en un congreso nacional, se realizó en Salta en 1991(Santa Cruz, 1994); ha establecido contacto con investigadoras de centros y áreas de estudios de género de otras universidades; ha participado y adherido a diversas campañas, nacionales e internacionales en temas tan álgidos como los derechos reproductivos, por la despenalización y legalización del aborto, para la ratificación de la Convención, entre otras. Se han llevado a cabo infinidad de acciones en favor de los derechos de las mujeres, visibilizando las discriminaciones de género a veces de la ley; muchas otras, de sus jueces o ejecutores oficiales.

Por ejemplo, fue resonante el caso de una niña de once años, en una pequeña localidad del interior de la provincia, obligada a casarse por disposición judicial con su violador. O cuando un diputado provincial que castigó en público con un látigo a su cuñada o en el caso de un  abogado que abusó de una niña de ocho años. En todos los casos se presentaron declaraciones públicas y denuncias ante los poderes del Estado, en demanda de leyes o de justa aplicación. Asimismo, la Comisión de la Mujer integra la Multisectorial de Mujeres por los Derechos reproductivos, y ha trabajado por la promulgación de una ley sobre violencia contra las mujeres y de género.

En este línea de trabajo, se han realizado y auspiciado audiciones radiales y televisivas (La otra voz, en Radio Universidad (1992 a 1997); Modelos para armar, emisión semanal en Canal 2 (1998); columnas semanales en los programas radiales Informe de situación (FM 20 de Febrero, 1994-1995) y Piquete y cacerola (FM Radio Noticias, 2003-2004), sobre cuya capacidad de llegar a los más diversos sectores huelga subrayar. Asimismo, se han publicado diversos libros (ver bibliografía), artículos en revistas especializadas y en actas de congresos, cartillas, boletines y artículos en diarios y revistas de divulgación masiva.

Por sus gestiones la Biblioteca de la Universidad ha incorporado anualmente un importante material bibliográfico sobre historia de las mujeres, teoría de género y estudios de mujeres.

En cumplimiento de ese tercer objetivo propuesto en el proyecto de creación, se estudió la situación de las mujeres en la UNSa., considerando diversas variables (matrícula por sexo en carreras; ingreso-egreso; cargos de gestión, etc.) y los resultados no difieren de los de estudios similares en otras instituciones. Por todo esto, la Comisión de la Mujer de la UNSa. se ha convertido en un importante referente en la provincia. Con frecuencia instituciones educativas, organismos oficiales y organizaciones no gubernamentales, así como personas particulares, especialmente docentes y estudiantes, recurren a la Comisión en busca de asesoramiento en diversos temas.

Aunque desde la Comisión se promueve la investigación, apoyando a docentes y estudiantes interesados/as en temas de género, su función específica es la de divulgación y sensibilización en la problemática de discriminación de género. Los estudios de género se desarrollan en el ámbito del Consejo de Investigación de la Universidad. El proyecto iniciado en 1989 fue el primero de una serie de investigaciones trienales que se vienen desarrollando desde entonces con su aval.[6] Esas investigaciones permitieron instalar el tema en el ámbito académico y constituyen el soporte teórico de las actividades de la Comisión de la Mujer. Sin duda las tareas llevadas a cabo por los equipos de investigación motorizaron muchas de las acciones de otras instituciones (gubernamentales y no gubernamentales), que solicitan el asesoramiento y apoyo de la Universidad para la realización de diversas actividades.

Una de las consecuencias más positivas de las investigaciones realizadas ha sido la implementación de cátedras permanentes sobre temas de género en la Facultad de Humanidades. Se comenzó en 1994 con un seminario interdisciplinario de Historia de las Mujeres destinado a docentes. En 1995 y 1996, ese curso se dictó como materia optativa para estudiantes, convocando a alumnos de diversas disciplinas. Desde 1997 dictamos el seminario Género y Ciencias Sociales, que tiene el doble carácter de materia optativa y seminario de licenciatura, para permitir la participación de estudiantes avanzados de acuerdo con las distintas exigencias de sus planes de estudio. El Seminario es de carácter interdisciplinario, y tiene como objetivos introducir a los/as estudiantes en el conocimiento de los planteos y discusiones contemporáneas sobre género en las Ciencias Sociales, y despertar el interés y el reconocimiento de la necesidad de incorporar la perspectiva de género en sus análisis. Desde este Seminario se está realizando, en estos últimos meses el proyecto Una apuesta a la construcción de ciudadanía: los derechos reproductivos como derechos ciudadanos, en el marco del programa de extensión universitaria “Universidad  Solidaria”. El proyecto intenta aportar conocimiento e instalar el debate en diferentes lugares (colegios, centros de salud, centros vecinales) sobre la importancia de los derechos, en especial los derechos sexuales y reproductivos, para la construcción de ciudadanía de las mujeres.

Fuera de la actividad de la Comisión de la Mujer, de los proyectos de investigación mencionados y de cierta preocupación por parte de algunas colegas, la actitud general en la universidad respecto de las cuestiones de género (tanto políticas como académicas), reviste características similares a las que se dan en otras instituciones académicas. Señalamos sólo tres:

1- escaso compromiso de la institución para el financiamiento de actividades de difusión sobre la problemática de las mujeres. La Comisión de la Mujer no cuenta con presupuesto propio y debe solicitar apoyo financiero cada vez que organiza una actividad. Cuando accede a ese apoyo, éste siempre es insuficiente. Sin embargo debemos reconocer que no ocurre lo mismo con la financiación de proyectos de investigación. El Consejo de Investigación de la Universidad, una vez que evaluadores externos aprueban una propuesta de investigación, la subsidia como a otros proyectos. 

2- negación de la existencia de la discriminación de las mujeres, hasta por las propias mujeres, aunque se den situaciones claramente discriminatorias, en especial en áreas históricamente consideradas de predominio masculino. Por ejemplo, en ciertas facultades las docentes tienen pocas posibilidades de acceder a puestos de conducción y no parecen muy dispuestas a pelear por esos espacios, y desde algunas cátedras se desanima a las estudiantes mujeres que pretenden cursar carreras no humanísticas (“qué hacen aquí –en Ingeniería, en Economía-, hay Historia, Letras, Humanidades...”)

Hemos recibido testimonios de profesoras y estudiantes que confirman que la discriminación se da de muchas maneras. Son más frecuentes de lo que se admite, el acoso sexual y la desvalorización o descalificación de las estudiantes aludiendo a su condición de mujeres. Esos testimonios no se traducen en denuncias, en algunos casos porque las propias afectadas le restan importancia a la cuestión y en otros, porque consideran que no tendrán apoyo de la institución, lo que, lamentablemente, termina siendo cierto.

3- no identificación del cuerpo docente con el feminismo y cierta resistencia a incorporar la perspectiva de género en sus programas y en sus investigaciones, a pesar de reconocer discursivamente la importancia que reviste en el análisis de procesos sociales. En ocasiones se trata de algo más que una resistencia: sabemos que en algunas cátedras se ejerce una prédica descalificadora y se desalienta a estudiantes que intentan emprender estos estudios.

En muchos casos esa resistencia obedece a una equívoca identificación de la problemática de género con la práctica política del feminismo antes que con la actividad teórica, científica o filosófica. Creemos que en algunos/as esto se explica por una actitud ideológica de resistencia a los valores que el feminismo defiende; pero en otros/as, es simple desconocimiento unido a una generalizada concepción peyorativa del feminismo que les impide reconocer la influencia positiva que éste tiene en la producción teórica.

Un problema no poco frecuente es que bajo la carátula de “perspectiva de género” lo que se ofrece sean simplemente temas relativos a mujeres, pero sin apelar al género como categoría de análisis. En algunos casos se incursiona en el tema porque se lo considera de “actualidad”, en otros, por el interés de obtener fondos de organizaciones que subsidian estudios sobre la situación de las mujeres. Esa resistencia, ese desinterés, explican en parte que la Comisión de la Mujer no haya crecido de una manera regular; que las colaboraciones sean esporádicas, en la mayoría de los casos referidas a actividades de difusión y no sostenidas en el tiempo y que no haya más investigadoras/es de género.

Por fuera de la Universidad, los estudios de género tienen poco desarrollo. No existen cátedras en instituciones educativas que se ocupen específicamente de este tema, que es tratado de manera puntual en escasas asignaturas. Sin embargo, aunque no hemos tenido posibilidad de hacer un relevamiento de la situación, la creciente demanda de asesoramiento, especialmente bibliográfico, por parte de docentes y estudiantes de diferentes establecimientos educativos de todos los niveles, nos hace pesar que se ha incrementado de manera significativa el tratamiento de temas de mujeres aunque no siempre se lo haga desde el género.

Del mismo modo, en diversas ocasiones hemos constatado que los organismos que se ocupan de temas de mujeres se muestran reticentes con respecto a la noción de “género”. Mencionamos especialmente al Consejo Provincial de la Mujer, organismo del Estado provincial creado en su momento con similares objetivos al Consejo Nacional de la Mujer, pero que, a diferencia de éste, no ha demostrado un claro compromiso en la lucha contra la discriminación de las mujeres. Tampoco tiene una sección destinada a la investigación de género o a apoyar estudios de esta naturaleza. En general funciona con grandes limitaciones políticas e ideológicas, producto de su dependencia del poder político, que normalmente ha designado al frente del organismo a personas con escasa idoneidad en el tema.

Por otra parte, así como ocurrió con el Consejo Nacional de la Mujer, el organismo provincial descendió de categoría: inicialmente fue una Subsecretaría, luego pasó a ser Consejo Provincial de la Mujer, dependiente de la Gobernación, que debía constituirse con representantes de diversas áreas (salud, educación, trabajo) lo que nunca sucedió. Hoy, llamativamente, depende de la Subsecretaría del Menor y la Familia (!?). Estos hechos y la no asignación de un presupuesto propio, ponen en evidencia el desinterés del gobierno provincial en esta cuestión, pero también el escaso compromiso de la militancia partidaria que no ha efectuado los reclamos pertinentes. Las organizaciones que sí lo han hecho (entre ellas la Comisión de la Mujer) no han sido escuchadas.

En cuanto a las organizaciones no gubernamentales, son muy escasas las que trabajan con temas de mujeres. Una es FUNDADES, una ONG subsidiada por instituciones del exterior, que trabaja fundamentalmente con temas de violencia y derechos reproductivos en barrios periféricos. Si bien lo hace con una clara conceptualización de género, no realiza estudios teóricos. Otra es la Fundación Lapacho, específicamente dedicada a temas de violencia contra las mujeres pero que, lamentablemente, en los últimos años no aborda el tema con perspectiva de género.

A pesar de los cambios acontecidos en las últimas décadas del siglo XX, de los que también han sido beneficiadas las mujeres de Salta (ingreso masivo de las mujeres a la educación formal, al trabajo remunerado, a la acción política, a un ejercicio más libre de su sexualidad) y que han acortado distancias en sus desigualdades históricas con los varones, la sociedad de salteña sigue siendo acentuadamente patriarcal. Se podría pensar que esos cambios implican una modificación de las estructuras y la representación que se tiene sobre el rol de las mujeres; que la sociedad ha aceptado, o está comenzando a aceptar, la noción de la igualdad social de varones y mujeres. Sin embargo, a partir de algunas investigaciones, hemos constatado la persistencia de una fuerte impronta patriarcal y androcéntrica en los discursos y las prácticas sociales.

Algunas instituciones son renuentes a la plena aceptación de las mujeres como pares y obstaculizan su acceso a lugares de decisión. Los movimientos sociales de mujeres, con explícita militancia a favor de la equidad de género, no han tenido desarrollo en Salta como ha ocurrido en otros lugares del país. Por ello, trabajan de modo inorgánico y en situaciones puntuales, como cuando se debatió la ley de salud sexual y reproductiva en la legislatura. Este hecho sacó a las mujeres a la calle, tanto para la defensa de la ley como para impedir que se la sancione.

Lideradas por Promus -una organización muy combativa de la Iglesia católica- muchas mujeres se opusieron a cualquier modificación de sus papeles tradicionales. Por su parte, los partidos políticos llamados de izquierda que trabajan en la provincia, mientras plantean cambios estructurales en las relaciones sociales, son renuentes a incluir cuestiones referidas explícitamente a la situación de las mujeres, y las propias militantes se colocan en una situación de ajenidad respecto del problema, negándose muchas veces a reconocer el rol subordinado que tienen en su propio partido. Aunque la universidad ha contribuido notoriamente a que muchos de los cambios mencionados se produzcan, en las cuestiones de género y de discriminación sexista no lo ha hecho con la claridad, la intensidad y la sistematicidad que podía esperarse de esa institución.

De ahí que en Salta sea tan costoso militar a favor de las mujeres y trabajar los temas de género. Creemos que esta situación merece un estudio más profundo que la explique, pues llama la atención por un lado que, dado el alto desarrollo que han alcanzado los estudios de género en el nivel internacional, la perspectiva de género esté ausente en los análisis teóricos y la práctica pedagógica de tantas intelectuales en la universidad y por otro, que las organizaciones sociales, a pesar de los ejemplos de sus similares en otras provincias, no tengan un compromiso más firme con la reivindicación de derechos de las mujeres.

Bibliografia:

Femenías, M.L. (2005) “El feminismo académico en la Argentina” en Labrys, 7.  www.unb.br/ih/his/gefem

-Palacios, M.J (1994) “Las mujeres estamos destinadas a otras cosas...” Modelos femeninos y legislación en Salta, Comisión de la mujer, Salta.

--- y otros. (1994) La mujer en debate, Comisión de la mujer, Salta.

--- y otros (1997) Memoria de la Comisión de la Mujer, Comisión de la mujer, Salta.

---. (1997) Mujer y sociedad, Comisión de la mujer, Salta.

---. y otros (1997) ¿"Historia de las mujeres” o historia no androcéntrica?, Comisión de la mujer, Salta.

---. (1999) Defender los derechos humanos, Comisión de la mujer, Salta.

---. (comp.) (2000) Reflexiones feministas en el inicio del siglo,Comisión de la mujer, Salta.

---. (2004), Ciudadanía y discriminación. Aportes para la enseñanza, Comisión de la mujer, Salta.

- Santa Cruz, M.I. (1994), “Actualidad del tema del Hombre: los estudios de la Mujer”Revista Latinoamericana de Filosofía, XX.2.

María Julia Palacios. Licenciada en Filosofía, Profesora Titular Plenaria e Investigadora de la Universidad Nacional de Salta. Ha sido Decana de la Facultad de Humanidades y Directora del Departamento de Posgrado. Es Presidenta de la Comisión de la Mujer y Coordinadora del Grupo de Estudios Sociales del Noroeste Argentino (GESNOA). Ha publicado en co-autoría "Las mujeres estamos destinadas a otras cosas..." Modelos feme­ninos y legislación en Salta (1994); compilado ¿"Historia de las mujeres” o historia no androcéntrica? (1997), Defender los derechos humanos (1999),  Reflexiones feministas en el inicio del siglo (2000) y varios artículos sobre temas de género en libros y revistas especializadas.

Violeta Carrique Licenciada en Filosofía. Profesora Adjunta de Ética, Filosofía de la historia y del Seminario Género y Ciencias Sociales en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta. Docente e investigadora en temas de género, ciudadanía y discriminación. Ha publicado en coautoría “Las mujeres estamos destinadas a otras cosas… Modelos femeninos y legislación en Salta (1994) y artículos en libros y revistas especializadas. Vicepresidenta de la Comisión de la Mujer de la Universidad Nacional de Salta. 


 

> [1] Además de las cátedras habituales en la Facultad de Humanidades, los Seminarios-taller Cuerpo y ciudadanía (2005), Ciudadanía y Discriminación (2003-2004); Democracia y Derechos Humanos (2000); Cátedra Abierta Mujer y Sociedad (1997); Cursos Cómo enseñar Ciencias Sociales con perspectiva de género (1997), Pensar la mujer. El feminismo desde la perspectiva filosófica (SRT 1993); La Mujer en Debate (1992).

> [2] Colaboraron, entre otras, María Luisa Femenías (UNLP), Diana Maffía (UBA), Dora Barrancos (UBA), Paola Di Cori (U. de Torino), Giuditta Lo Russo (U. de Roma); Fundación Mujeres en Igualdad, Librería de las Mujeres y Taller Permanente de la Mujer.

> [3] Los cursos El lugar de la mujer en la política (1993) y Mujer y participación política (1995) en la Sede Regional Tartagal de la UNSa; el Seminario-Taller Mujer, Poder, Liderazgo y Negociación, con la Fundación Mujeres en Igualdad (1995) y las Jornadas Género, Política y Sociedad  (1998). 

> [4] Como las VII Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y II Congreso Iberoamericano de Estudios de Género (2002).

[5] 1as Jornadas Nacionales de Filosofía y IIº Congreso de AFRA (1991);  Vª Jornadas Regionales de Filosofía del NOA (1996); Ias Jornadas Universitarias de Investigaciones Educativas del NOA (1997); Ias Jornadas Oranenses de Formación Ética y Ciudadana. Sede Regional Orán (1998); II y IIIas. Jornadas de Formación Ética y Ciudadana (1997-1998); Encuentro de Fin de siglo: Latinoamérica: utopías, realidades y proyectos (1999); Jornadas de Investigación y Docencia de la Escuela de Historia (2000 a 2004); VIIIas Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia(2001); Jornadas de Filosofía del Centro de Estudios Filosóficos de Salta (2000 a 2005).

> [6] Ciudadanía y discriminación en Salta. 2ª parte (2004-2007); Ciudadanía y discriminación en Salta (2001-2003); Universidad y sociedad: poder, política y relaciones de género (1998-2000), ¿”Historia de las Mujeres” o Historia no androcéntrica? El impacto del feminismo en la historiografía salteña contemporánea (1994-1997) y el Proyecto de Extensión Mujer y Protagonismo Social, en la Se­cretaría de Extensión Universitaria (1994‑1995).

 

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